Más de ocho decenas de militares franceses tienen, desde ayer, el título de paracaidista español. El distintivo se llama rokiski, y lo recibieron en un acto en el Acuartelamiento de Javalí Nuevo, en Murcia, que puso fin al ejercicio que, desde el pasado día 11 de septiembre, vienen realizando los galos en tierras murcianas.

El ejercicio, en concreto, se llama Galia I/17. Los franceses se integraron durante once días en las filas del Regimiento de Infantería Zaragoza nº 5 de Paracaidistas del Ejército de Tierra. En concreto, los más de 80 que llegaron pertenecen a la Compañía del Regimiento Paracaidista de la Legión Extranjera Francesa.

Este ejercicio se dividió en dos fases. Según explicaron desde el Acuartelamiento, «en la primera se realizan intercambios de conocimiento de materiales y de técnicas y procedimientos de empleo de las unidades militares de ambos países, con especial hincapié en los específicos de inserción paracaidista y de equipos de salto».

Fue durante esta fase cuando se llevó a cabo una jornada de patrullas conjuntas en la zona de Carrascoy. Los militares pusieron en práctica «procedimientos de estabilización y control de zona en un ambiente simulado de similares características a los de las zonas de operaciones exteriores actuales», indican desde Javalí.

El fin: que los franceses se habituasen al empleo de los paracaídas y procedimientos españoles y a las peculiaridades del terreno de la Región de Murcia.

La segunda fase, y principal, se desarrollaba entre los pasados días 18 y 21. La puesta en escena fue la típica de una zona en conflicto. En concreto, se llevó a cabo un ejercicio de inserción paracaidista en el que la III Bandera Paracaidista (a la que se añadía la compañía francesa) tenía que alcanzar unos objetivos marcados en una Orden de Operaciones.

En conjunto, participaron unos 470 militares de ambos países (los franceses son 85) y se realizaron lanzamientos nocturnos de un Escalón Avanzado en modalidad Apertura Manual, al que siguió el grueso de la Unidad Franco Española de 360 paracaidistas y cargas de acompañamiento desde aviones C-130 (conocidos como Hércules) españoles y americanos. Además, se lanzaron cargas pesadas para suministrar víveres y equipo de refuerzo de las unidades previamente insertadas.

En el acto de ayer en Javalí, el coronel jefe Luis Sánchez-Tembleque dio la «enhorabuena a todos los paracaidista franceses por conseguir nuestro rokiski», algo que «es muestra de la interoperatividad de nuestras unidades».

Sánchez-Tembleque recordó que «desde los años 60 iniciamos ejercicios de colaboración de manera continuada» entre militares de España y Francia. «Hemos compartido esfuerzos, experiencia y camaradería», aseveró.

En este sentido, apuntó que durante un tiempo «se dejaron de realizar estos intercambios, pero hace pocos años se han retomado con el deseo de que así continúen, pues el contacto entre ambas unidades siempre ha sido fructífero».

El coronel mostró su deseo de que «ambas unidades vuelvan a coincidir en 2018 en África».

A los franceses les dijo que «nos sentiremos orgullosos de sus éxitos contra el yihadismo, nuestro enemigo común».

«Este ejercicio ha sido un hito importante para nuestra unidad ya que pudimos comprobar el nivel de instrucción y adiestramiento junto a uno de nuestros mejores aliados», explicaron desde el Acuartelamiento.