Alfonso Hernández Zapata (Murcia, 1972) fue elegido presidente de Federación de Empresarios del Metal (FREMM) el pasado mes de julio, tras la dimisión de Juan Antonio Muñoz, que dejó el cargo sin previo aviso. El empresario de Cartagena estudió Económicas y Filosofía y completó su formación en EE UU. Hasta ahora ocupaba la vicepresidencia de Cartagena en la dirección.

¿Se presentará a la reelección en la primavera, cuando se cumplan los cuatro años del mandato que su antecesor dejó sin terminar?

Cuando preparo unas líneas estratégicas no puedo pensar en ocho meses, porque la Federación es suficientemente grande para pensar en tres o cuatro años.

El anterior proceso electoral, que era el primero en el que había dos candidatos que se disputaban el voto de los empresarios asociados, fue bastante duro.

La FREMM es una organización muy grande y eso hace que haya distintos puntos de vista, pero está muy unida. Gracias a eso tiene 40 años de historia. Ninguna empresa en la que sus miembros estén mal avenidos dura lo que ha durado la FREMM. En mi opinión, estos 40 años de historia se han conseguido gracias a que ha estado unida.

Pero la unidad no implica que no haya confrontación electoral.

A mí me gustaría pensar que no viene una confrontación. Personalmente, no me gusta pensar en las elecciones como una confrontación. Ni está en el ADN de la federación ni tiene que estar en la mente de ninguno de nosotros. La FREMM es una herramienta al servicio de sus miembros y de la sociedad y no debe perder esa perspectiva. Una cosa es que haya personas que quieran liderar este proyecto, pero plantear unas elecciones como una confrontación sería un error. Precisamente lo que ha demostrado la historia es que unidos hemos llegado a ser un referente nacional.

¿Se ha planteado limitar los mandatos a ocho años, como hace la CROEM y otras instituciones?

Esta es una cuestión muy sensible y he querido abrir un debate en la junta directiva del 25 de julio. Durante 40 años no se han limitado, pero he abierto un proceso de reflexión para tomar la decisión en diciembre.

¿La idea de presidir la FREMM surgió de improviso o entraba en sus planes con anterioridad?

No es que surgiera de un día para otro, pero sí es cierto que no entraba dentro de mis planes ser presidente de la FREMM. Pero una vez que se fueron desenvolviendo los acontecimientos, sí que vi que podía ser interesante para la federación, aunque también me convencieron un poco. Para mí también ha sido sorpresivo, aunque eso no quita para que sea un honor y una responsabilidad que tienes que asumir y la asumes. Siempre he sido una persona que no escurre el bulto. Llevo años conociendo la casa, pero este verano me he dedicado a armar unas líneas estratégicas para que la herramienta que es FREMM esté al servicio de todos sus miembros y de la sociedad murciana en general. Una de las ventajas es que nosotros nos podemos plantear proyectos que a las empresas les resulta más difícil vislumbrar.

¿Qué tipo de proyectos?

Este verano he trazado un plan estratégico con las líneas de actuación, con los objetivos e incluso con indicadores para evaluar su cumplimiento. Aunque el plan no lo hecho solo, quiero contrastarlo con otras personas para darle una forma definitiva. Consta de cinco ejes, el primero de los cuales es 'FREMM, empresas de vanguardia' en el que se incluyen todas las posibilidades que tienen los asociados, incluido el centro de negocios, que es suficientemente conocido, aunque creo que se le puede dar un empujón. También incluiría la excelencia empresarial, en la que entraría el '0bjetivo cero accidentes laborales', que es una concienciación que tenemos que tener todas las empresas, porque cada accidente laboral es un drama familiar y un drama laboral. Aunque es un objetivo que ya existe, vamos a plantear distintas estrategias para conseguirlo.

¿En qué otros ámbitos incidirá?

La federación también está para ayudarnos a que no nos pase por encima el día a día en cuestiones medioambientales. Queremos acentuar la lucha contra la economía sumergida, que se traduce en servicios que se dejan de prestar, en la medida en que no genera impuestos. No se puede entender una empresa de vanguardia que esté en la economía sumergida o no se implique en la conservación del medio ambiente. Pero esta competencia desleal, que también afecta a las demás empresas, las sitúa en inferioridad de condiciones y eso no se lo puede permitir una sociedad responsable, al margen de que los propios ciudadanos se puedan ver perjudicados por la merma de calidad. También quiero que todo el sector del metal esté dentro de la FREMM.

¿Habrá una campaña de captación de nuevos asociados?

Habrá un plan, orientado en distintas líneas. Para mí el objetivo es que hay 8.000 empresas del metal y tienen que estar asociadas las 8.000. Tenemos una Federación del Metal que es un ejemplo nacional. Cuando vienen representantes de otras comunidades, incluso del País Vasco, se han quedado totalmente asombrados de que en la Región tengamos una federación que para ellos es estratosférica. Muchos de los asociados no conocen los servicios que pueden conseguir y tampoco las empresas de fuera. Los 8.000 tienen que tener esa suerte, pero la suerte hay que buscársela. Yo lo que quiero es mostrársela. Ninguna empresa del Metal debe estar fuera, porque las cuotas no nos cuestan nada. Están directamente financiadas con los servicios que da FREMM a través de convenios.

¿A qué servicios se refiere?

Por ejemplo, a los combustibles, telefonía o condiciones financieras. Gracias a que la fuerza que tiene la FREMM consigue que todos estos servicios se ofrezcan con un precio más económico. Son muchos, que hacen que la cuota esté más que financiada.

La formación ha sido un pilar básico en la organización.

En FREMM se hacen muy bien las cosas en formación. Este año van a salir entre 4.000 y 4.500 alumnos de nuestro centro de formación. Si tenemos en cuenta que en 2016 la UPCT tuvo 5.500, estamos hablando de que la FREEM ya tiene un nivel como una universidad pública. La inserción laboral de la formación de la FREMM en plena crisis ha sido de un 65%. Anteriormente estaba en el 90%, pero hoy tenemos talleres que han alcanzado una inserción laboral del cien por cien. ¿Cómo no van a conocer esta herramienta todos los ciudadanos de la Región?

¿Qué tratamiento debe recibir la industria para que alcance el peso que debería tener en el PIB?

Una de las ventajas que tiene el metal es que le da solidez a la economía. Las empresas del sector aportan solidez a la economía. En todas las revoluciones industriales el metal ha sido el protagonista principal, desde la primera, en el siglo XVIII, cuando se sustituyó el carbón vegetal por el mineral, el coque. La máquina de vapor introdujo la mecanización. Una economía equilibrada con sus servicios, su agricultura y su industria, es una economía sólida. También aporta estabilidad en esta revolución tecnológica en la que estamos inmersos. Y esta es la segunda línea estratégica de nuestro plan: lo que llaman ahora la cuarta revolución industrial. La 'Industria 4.0' no es capricho, es una necesidad. Mi abuelo, que tenía una tienda de ultramarinos, usaba un gancho colgado en la pared para ir poniendo las facturas. Esto pasaba hace 30 o 40 años, pero hoy nadie entiende su empresa sin un ordenador. El que no se adaptó desapareció. Con la 'Industria 4.0' va a pasar exactamente lo mismo. El que no se adapte va a asumir un riesgo alto de desaparecer. Por eso, una de las líneas fundamentales es que se conozca de manera práctica para que las empresas vean los beneficios de incorporarse a esta revolución.

¿Cómo va este proceso?

Hay empresas que ya se han integrado y algunas que tienen un nivel de digitalización y de automatización tremendo; yo he visitado algunas y te da la sensación de que lo tienen todo resuelto. Es cierto que no todo el mundo puede aprovecharse de todas las ventajas que ofrece, pero a cada uno la 'Industria 4.0' puede decirle algo. Tiene herramientas básicas y una de ellas es la digitalización.

¿Hay alguna rama más adelantada?

Hay empresas de vanguardia, pero lo que queremos es que llegue a todas. Queremos aprovechar todos los convenios nacionales y europeos, como el 'Horizonte 2020', que tiene un apartado de liderazgo industrial; también el Info va a presentar un programa de asesoramiento dentro del plan 'Industria 4.0', que es bastante caro, pero lo dan gratis, por lo que vamos a tratar de ofrecerlo a las empresas asociadas.

La salida al exterior ha sido una de las vías para sortear la crisis.

En la internacionalización vamos a trabajar conjuntamente con el Instituto de Fomento. Ya se ha hecho alguna reunión y vamos a organizar mesas de trabajo. Queremos que ellos aprovechen nuestro conocimiento, así como las necesidades reales de las empresas, con el fin de que se puedan desarrollar programas útiles y eficaces para el tejido empresarial, teniendo en cuenta que los mercados chinos y estadounidenses son estratégicos. Muchas empresas han sobrevivido a la crisis gracias a la internacionalización. Por eso ya no se puede tener una visión corta de la economía.