El empresario murcianos Luis Nicolás Mateos, acusado de estafa, falsificación de documento mercantil y apropiación indebida por la venta de casas en el complejo turístico Lagoa Do Coelho en Brasil, que nunca llegó a levantarse, se sentó ayer en el banquillo. La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional inició este lunes el juicio contra el promotor que pudo vender más de 13.500 viviendas de un complejo turístico que nunca existió. En el auto de procesamiento, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 2, Ismael Moreno, imputa también a Nicolás Mateos un delito contra la Hacienda Pública, en el que figuran como cooperadores necesarios Segundo Francisco Clemente Lozano y Francisco Clemente Lozano.

Los hechos se remontan a 2003, cuando Nicolás Mateos comenzó a ofrecer 13.500 apartamentos de lujo en el complejo residencial Lagoa Do Coelho Resort, en el estado de Río Grande do Norte, en Brasil, que supuestamente debía contar también con centros comerciales, un lago, un teatro e instalaciones deportivas. Pese a no contar ni con soporte económico ni con financiación para acometer el proyecto, Nicolás Mateos comenzó la promoción sobre plano, con el fin de «lucrarse ilícitamente» con las cantidades que le fueran entregadas por los compradores.

Entre los años 2005 y 2008 fueron muchos los que adquirieron apartamentos en el complejo, cuyo precio oscilaba entre los 76.500 y los 130.758 euros, con el compromiso de que la primera fase de las viviendas comenzarían a entregarse en junio de 2008, y las segundas, en el primer trimestre de 2009.

Con el fin de dar una garantía a los compradores y «cumplir aparentemente con la legalidad vigente», en los contratos de compraventa se hacía contar un aval por el importe de las cantidades entregadas. Esta documentación fue emitida por varias sociedades que, según indica el escrito de acusación del fiscal, no figuraban inscritas en los Registros de Entidades a cargo del Banco de España, ni se encontraban habilitadas para el ejercicio de la actividad aseguradora. Por otro lado, Nicolás Mateos concertó con otros dos acusados la elaboración de facturas falsas encargándoles la realización de diversas obras en distintos inmuebles propiedad de la empresa del principal acusado.

El fiscal subraya que estas empresas tenían como objeto social la compraventa y arrendamiento de inmuebles y que carecían de infraestructura y personal para llevar a cabo dichas obras.Nicolás Mateos presentó a la Agencia Tributaria las "facturas espurias" de estas supuestas obras con el fin de obtener deducciones y devoluciones indebidas del Impuesto sobre el Valor Añadido correspondientes a los ejercicios fiscales de los años 2006 y 2007.