Óscar Castro, presidente del Colegio de Dentistas de la Región y del Consejo General de Colegios de Dentistas de España, denuncia que a los profesionales «se les está dando formación en las propias clínicas, y muchas veces los pacientes no saben que se está practicando con ellos».

Quienes acudan a una franquicia a arreglarse la boca se arriesgan, en este sentido, a convertirse en conejillos de indias.

Castro indicó que en la Región hay «cerca de 1.500 dentistas colegiados», muchos de los cuales «lógicamente, trabajan en estas clínicas» sobre las que el Colegio tiene puesta la lupa.

A juicio de este profesional, «se ha banalizado una prestación sanitaria, que es la odontológica». «Se ha equiparado a un producto de consumo en el que la oferta del día es la que prima a la hora de elegir un tratamiento», señaló al respecto.

En este sentido, citó reclamos como el que reza que «si traes a un amigo, te hacemos un 10 por ciento de descuento».

El pasado mes de julio, el comité ejecutivo del Consejo General ha aprobado crear un Observatorio para el Estudio de la Publicidad Odontológica con el que denunciar mensajes engañosos, teniendo en cuenta la proliferación de anuncios y campañas que no son veraces y que pueden llevar a error a la ciudadanía. A error y a un problema.

Con la puesta en marcha del Observatorio, el Consejo General dispone de una herramienta con la que se verifique y estudie la publicidad que se distribuye en cualquier soporte para, en su caso, dar traslado a los organismos competentes de aquellos anuncios o campañas que vulneren los principios de ética y veracidad. El objetivo que persiguen los dentistas es, según explican, «proteger al paciente en este tipo de campañas y anuncios publicitarios».

«Si te vas a poner una válvula en el corazón, lo que quieres es que te opere el mejor cardiólogo», hizo hincapié.

Castro destacó que, en el caso de las franquicias, «es como si estuvieras comprando un bien». «Te vas a poner un implante y va a depender de la habilidad propia del facultativo, de la formación que tenga y del material que utilice», expresó el presidente.

A este respecto, este profesional subrayó que «hay materiales que se traen de Chile o de Brasil» en los cuales no se controla «ni la cantidad de titanio que puede tener el implante».

«Se compran implantes a granes que no vienen suficientemente esterilizados», aseveró.

Óscar Castro consideró que una buena prueba de cómo se ha mercantilizado el negocio es que «en El Corte Inglés ya hay clínicas dentales, en toda España», lo que demuestra que «la odontología es un bien de consumo».

Además, resaltó que, quienes suelen acudir a estas franquicias que dan facilidades para pagar a plazos el tratamiento, «son los más necesitados, la parte más débil de la sociedad». «Y, cuando surge una desgracia, es la que paga las consecuencias», dijo.

En su opinión, «no hay más denuncias porque los damnificados no tienen dinero para pagar a un abogado o a un perito para que les diga el destrozo que le han hecho en la boca».

Castro apostilló que muchos de los afectados se están organizando para compartir experiencias e idear la puesta en marcha de acciones conjuntas, de cara a denunciar, también ante la sociedad, lo que han sufrido.