La sequía está haciendo estragos. Y no sólo en los campos, que están secos por la falta de agua para regar, sino en los despachos de organismos como la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que tiene que velar para que no se incumpla la ley y no se riegue allí donde no está permitido o no se excedan de las cantidades que se tienen adjudicadas.

En los dos últimos años, en los que se la escasez de agua se ha dejado sentir más en la cuenca del Segura, la CHS ha abierto un total de 458 expedientes, tanto por derivaciones de agua como por riegos no autorizados.

En lo que llevamos de 2017, se han incoado 220 expedientes por ambas causas, y el año pasado fueron 238. Es decir, que en los siete primeros meses del año casi se ha alcanzado la cifra total del anterior. Un año, por otra parte, en el que se casi se duplicó los de 2015.

La evolución del número de expedientes por estas causas ha sido de 160 en 2012; 220 en 2013; 274 en 2014; y 123 en 2015, según los datos facilitados por el organismo de cuenca.

Estos expedientes se abren por diversas causas: regar sin autorización, exceder la autorización concedida, sobrepasar la zona autorizada, irregularidades en los contadores de agua o carecer de ellos.

«La CHS continúa con su labor de vigilancia para garantizar que en uno de los momentos más complicados que está atravesando la cuenca del Segura, por una sequía que dura ya tres años, el uso de los escasos recursos de los que disponemos es el adecuado y cada usuario puede recibir el agua que le corresponde», destacaron fuentes de la Confederación.

Críticas ecologistas

Pero los expedientes no sólo se abren por la acción de vigilancia directa de los agentes de la Confederación, sino que en otras ocasiones se hacen eco de las denuncias que les llegan desde otros sectores sociales, como los ecologistas.

En este sentido, fuentes de la CHS han confirmado que una visita de los agentes medioambientales a campos de La Murta (donde la organización ecologista Anse denunció roturaciones ilegales), comprobó que la zona no era regable. «Sin embargo, como hasta ahora sólo se ha roturado, y no se está regando, no podemos intervenir», indicaron las mismas fuentes.

«Aunque seguimos vigilando, por ahora no se ha abierto ningún expediente», puntualizaron.

Los ecologistas pusieron en conocimiento de la Comunidad Autónoma y de la Confederación Hidrográfica del Segura a principios de mes lo que ellos calificaron de roturaciones para la creación de nuevos regadíos en esta pedanía murciana del Campo de Cartagena.

«Media docena de tractores y diversa maquinaria pesada trabajaba esta mañana (por el día 2 de agosto), como viene haciendo durante las últimas semanas, cerca de la pequeña aldea de La Murta, junto a la pedanía de Corvera (Murcia), en la transformación de una extensa superficie de unas 80 hectáreas de terreno», denunciaba la organización.

Las obras, que se desarrollaban desde hace varias semanas, «han transformado el relieve de una ladera de cultivos de secano arbolado y monte bajo, donde se ha instalado un gran embalse regulador, para su puesta en regadío, casi con total seguridad para cítricos, al igual que se ha hecho en su entorno», añadían los ecologistas.

En la visita de campo realizada entonces por técnicos de Anse éstos pudieron constatar la presencia de maquinaria que estaba realizando otras roturaciones que afectan a varias decenas más de hectáreas junto a La Murta, «también para puesta en regadío».

La organización acompañaba su denuncia con fotografías que atestiguaban los hechos.

Aunque al organismo de cuenca le corresponde vigilar el uso del agua, a la Comunidad Autónoma y a los Ayuntamientos les compete comprobar la legalidad o no de la modificación de los usos del suelo, como en este caso se estaba produciendo en el municipio de Murcia.

Hasta el momento, ni Comunidad Autónoma ni Ayuntamiento se han pronunciado.