La periodista Rosa Moreno, murciana que ha superado los 40, vio cómo la empresa que la empleaba tuvo que cerrar hace unos años y ella, que tenía dos másters, se quedaba sin su puesto de trabajo. «Pero entonces comenzó mi verdadero máster», cuenta. Tras buscar otro empleo infructuosamente, decidió hacerse autónoma, aprovechando los conocimientos que había adquirido durante su experiencia laboral en el campo de la comunicación y el marketing. «Al principio fue bastante duro, yo nunca había trabajado por cuenta ajena. Echas muchas horas delante del ordenador, porque no solo tienes que trabajar para tus clientes, sino que necesitas conseguir nuevos clientes», indica Rosa Moreno, para quien precisamente una de las cosas más duras de su nueva situación y su sector, la necesidad continua de formarse, es algo que le gusta. «Soy muy autodidacta, tenía vocación emprendedora», confiesa la empresaria, especializada ahora en las campañas publicitarias a través de Facebook. Escribió un libro sobre esta cuestión.

«Todo tiene su cara y su cruz. Me he visto abocada a esta situación, porque con mi edad, y pese a mi currículum, no encontraba trabajo. Me gusta lo que hago, pero hay muchas cosas de los autónomos que se deben mejorar», relata Rosa

Otro autónomo, este de 39 años, es Juan Francisco Martínez, quien, tras haber trabajado en empresas entre las que incluye a Microsoft, se ha montado por su cuenta desde enero, con un proyecto para la digitalización de los pequeños negocios. Juan Francisco está por ahora encantado con su nueva situación, «pues eres tu propio jefe y aprendes constantemente», ilusionado con que, a partir de octubre, su proyecto empiece a dar grandes resultados. No obstante, considera que «la experiencia es un grado para poder ser autónomo. «Yo le aconsejo a los jóvenes que, antes de lanzarse a la aventura, primero procuren trabajar con equipos, para adquirir todos los conocimientos posibles».