«Fuera de España moros y la basura roja que quiere que nos inundemos de ellos». «Hemos estado muchísimos años tranquilos, se nos acabó la paz, nunca la habrá mientras tengamos moros en nuestra cristiana tierra, fuera Islam». «¿Hasta cuándo les vamos a pagar piso, estudios y comida y vamos a permitir que nos maten? #StopIslam».

Son sólo algunos de los comentarios que comenzaron a proliferar en redes sociales después de los atentados terroristas que vivía la semana pasada Barcelona.

Personas de credo musulmán residentes en la Región consultadas por este periódico manifiestan que no sienten miedo a salir a la calle, dado que en su día a día no perciben el odio que, lamentablemente, sí leen en Internet. En la misma línea se muestra el portavoz de la Unión de Comunidades Islámicas de Murcia, Mohamed Reda el-Qad, al decir que «os llevamos muy bien con la gente y la mayoría ya somos españoles, y defendemos España igual que cualquier español». «Lo que yo ruego a los españoles es que tengan un poco más de juicio para separar la paja del grano», solicita, en referencia a aquellos que culpan al Islam de los ataques terroristas.

En el barrio de San Andrés de la capital murciana, uno de los que congregan a mayor población musulmana, preferían ayer «no hablar con la prensa, si van a sacar que somos todos violentos», clamaba un hombre en un bar.

«No somos terroristas, somos musulmanes y nuestros hijos muchos ya son españoles, nacidos en España. No somos asesinos».

Es el discurso común de la barriada, donde proliferan comercios, clínicas sanitarias y hasta sucursales de entidades bancarias con caracteres árabes en sus fachadas. «No se integran», opina una vecina del barrio «de toda la vida», según se define ella misma. «Ellos tienen sus tiendas, sus bares, y ahí no se puede meter nadie», comenta.

La islamofobia (rechazo a las personas de credo islámico por el mero hecho de que profesen esta religión) sí se deja ver, a juicio del presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) y vicepresidente de la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM), Mounir Benjelloun.

En el conjunto de España, a raíz de los ataques en Cataluña, «ha ocurrido de todo. Hay muchas pintadas en varias mezquitas, hay amenazas, hay vídeos circulando por ahí que están llamando a coger las armas contra los musulmanes», denuncia Benjelloun. Asimismo, deja claro que el adoctrinamiento que ponía en práctica el imam de Ripoll no es la tónica general, dado que «en las mezquitas se trabaja para moderar un discurso que pudiera ser fanático o radical».

Mounir Benjelloun recuerda el lema ´vascos sí, ETA no´, que coreó la sociedad española cuando el terror partía de Euskadi. «Nosotros queremos ahora que se diga: ´Musulmanes sí, pero terroristas no´», hace hincapié al respecto.

No piensan igual en algunos partidos políticos. Por ejemplo, desde Vox Murcia (partido que no tiene representación parlamentaria en la Región) consideran que «el Islam, aunque sea ´moderado´, no se ajusta a nuestra cultura, costumbres y leyes. No se integrarán ni pagándoles».

Una de las localidades de la Región que más población de credo musulmán tiene actualmente es Fuente Álamo. El alcalde, el socialista Antonio Jesús García, sostiene que en el pueblo «un rechazo explícito en la calle no se ve», aunque puntualiza que «otra cosa es lo que se puede leer en redes sociales, que son un mundo aparte, mucho más hostil».

«Pero en la calle no se ve eso, afortunadamente», subraya el regidor. En este sentido, especifica que «a la población musulmana se la ve en la feria, paseando por la calle con total normalidad». «Dentro de lo que cabe, estoy tranquilo, porque no hay un brote de islamofobia en la calle», remarca.

En Fuente Álamo «hay un local que se utiliza como mezquita», en concreto un antiguo concesionario de coches. «No hay ningún problema con los vecinos en ningún sentido», comenta García.

Por su parte, la edil de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Murcia, Conchita Ruiz Caballero, subraya que «la única división que hay es la que la marcan aquellos que no respetan la vida y la libertad de las personas frente a los que defendemos el derecho a la vida y a las libertades». «Un planteamiento distinto a éste supone caer en la trampa de los terroristas, que insisto, su objetivo es dividirnos y debilitarnos y que al final sospechemos unos de otros», remarca.

Ruiz Caballero apunta que «la sociedad española lo que quiere es vivir y convivir en paz y en libertad, y desde luego eso no se consigue atacando ni criminalizando a quienes tienen una religión diferente».

«De estos días tan duros, debemos quedarnos con el civismo ejemplar y solidario que mostraron los ciudadanos en los momentos y días posteriores a los atentados, con comportamientos en muchas ocasiones heroicos», dice.