No es necesaria gran destreza, ni conocimientos de historia para convertirse en un expoliador, en muchos casos es cuestión de ir atentos al entorno. También están los denominados ´Piteros´, personas que con un detector de metales, cuyo precio puede rondar los cien euros por internet, se encargan de ir cribando los Yacimientos o zonas próximas que aún no han sido delimitadas, obteniendo así gran cantidad de objetos, especialmente monedas.

Según explican expertos en la compra de antigüedades, «también se puede conseguir valioso material en las casas señoriales que van a ser desmontadas», explicando que «cuando muere el propietario, y la casa se pone a la venta, en muchas ocasiones sus herederos quieren vaciarla por completo, allí se pueden encontrar objetos de gran valor que muchas veces pasan desapercibidos para la familia». También se ha dado el caso, de buscadores de ´tesoros´ que han removido la basura, cuando se vacían casas palaciegas para la búsqueda de importantes documentos o libros de gran valor que pasan totalmente desapercibidos a los ojos de los neófitos. No es la primera vez que los herederos de estas viviendas se han encontrado piezas que en su día tiraron a la basura, puestas a la venta en internet, a un valor del que jamás pudieron sospechar que tenían.