«No será por falta de información, que la bandera pequeña no es. Y, hoy en día, abres el Twitter y te salen las banderas rojas que hay. Que está prohibido bañarse, vamos, pero por ti mismo, si es que se trata de ti mismo. Pero yo admito que algunas veces, si considero que las olas no son para tanto, no he hecho caso».

Lo admite Alejandro, de 23 años y veraneante en La Ribera. No es un caso aislado, alertan desde Salvamento: mucha gente obvia las indicaciones de los socorristas y sigue bañándose, aun con la enseña roja en sus narices. En muchas ocasiones (la mayoría) son los propios familiares y amigos de los bañistas temerarios los que le instan a que se dejen de juegos y salgan del agua. Cuando el mar se pone bravo, mejor cobijarse en el chiringuito. O en casa.

Es lo que sucedió el jueves. Un temporal se cebó con la costa de la Región, anegó el chiringuito de la playa de Levante en Cabo de Palos y un montón de barcos quedaban varados en la arena. Incluso el cadáver de una gran tortuga marina fue arrastrado hasta la citada playa. Los destrozos fueron cuantiosos, aunque «si la gente no se bañó, es principalmente porque hacía frío», cuentan algunos veraneantes.

Lo que algunos bañistas no saben es que, si hay bandera roja y alguien tiene problemas en el agua, los socorristas no están obligados a ir al mar a socorrerle. Quien ve la prohibición y decide poner en peligro su vida debe saber que el socorrista no tiene por qué arriesgar la suya. Todos estos casos se coordinan desde el Centro de Coordinación de Emergencias, organismo que decide los medios que deben ir a cada situación. En su mayoría, náuticos y aéreos.

No obstante, «moralmente, no está bien dejar que se ahogue una persona. Somos socorristas y ejercemos nuestro trabajo», deja claro Miguel González, de 21 años de edad, que lleva tres años trabajando como socorrista y este verano está en la playa de Levante, en Cabo de Palos.

«Esto es como el tráfico: hay gente que ve la bandera roja y nos pregunta por qué, si es por corriente, oleaje o viento. Y no se baña. Y está la gente que hace todo lo contrario. Que, aunque avisemos, se sigue bañando», comenta el joven.

Para ser socorrista «exigen mucha titulación, pero está bien pensado. Porque, una vida, precio no tiene», indica Miguel González, a lo que añade que «para salvar a una persona tienes que estar muy bien preparado, física y psicológicamente».

Los puestos de socorristas de vigilancia (instalados en 74 playas de la Región) abren de once de la mañana a ocho de la tarde. «Así lo establece el Plan Copla», detalla González, al tiempo que admite que «hay veces que nos vamos a las ocho de la tarde y la playa está llena de gente».

El pasado mes de junio, el Gobierno regional aprobó el Plan de Vigilancia y Rescate en Playas y Salvamento en el Mar de la Región de Murcia (Plan Copla), y dio a conocer que este contaría con 125 puestos de vigilancia y se movilizaría a un total de 252 personas entre socorristas, patrones de embarcaciones y motos de rescate, técnicos sanitarios, conductores y coordinadores.

En total, la Comunidad previó un total de 752.632 euros para garantizar el dispositivo.

Las imprudencias de los ciudadanos son la principal causa de ahogamiento, según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS). Este colectivo hizo público un balance en agosto: 305 personas habían muerto ahogadas en España en lo que va de año, trece de ellas en la Región.

El Plan Copla realizó 23.700 asistencias en junio y julio, un 12 por ciento menos que el año pasado. De ellas, el 63,2 por ciento (15.022) fueron servicios de información y asuntos sociales, como la atención de consultas o la ayuda a personas con problemas de movilidad para introducirse en al agua. Otras 8.376 atenciones (35,2 por ciento) fueron pequeñas curas y primeros auxilios a usuarios de las playas.

Asimismo, se llevaron a cabo 355 actuaciones de rescates y salvamentos. De ellas, 113 fueron a personas y el resto a embarcaciones y otros elementos flotantes. «Cabe destacar que el número de rescates de personas ha disminuido un 13,7 por ciento respecto a los meses de junio y julio de 2016», detallaron desde el Ejecutivo.

«No te arriesgues intentando salvar a alguien con problemas en el agua. Puede arrastrarte a ti. Mejor, lánzale algo que flote y pide ayuda», aconsejan desde Cruz Roja a los bañistas.