Parece que la Región ha dado una tregua a las altas temperaturas características de la canícula, ese periodo que se alarga entre el 15 de julio y el 15 de agosto y que se entiende como el más caluroso del año. Sin embargo, para aquellos que estén preocupados por su fin de semana de sol y playa o, más aún, por las temperaturas que les acompañarán en la festividad de la Asunción de la Virgen, pueden quedarse tranquilos, ya que la tendencia será de mejora y el cielo ya ha comenzado a abrirse y a despedirse de las rachas de viento.

El temporal duró menos de 24 horas pero fue tiempo suficiente para provocar destrozos en distintos puntos de la Región, tanto en zonas del litoral como en el Altiplano. En la noche del miércoles comenzaron las fuertes rachas de viento que se vivieron con especial intensidad en las costas de Cabo de Palos y La Manga, donde las playas amanecieron ayer llenas de residuos. Incluso algunas pequeñas embarcaciones fueron encontradas por la mañana encalladas en la arena y con graves desperfectos por la fuera de la tormenta.

A la altura del Hotel Cavanna, la tradicional feria de libro antiguo que se coloca cada año frente al parque infantil fue la protagonista de uno de los desperfectos materiales más importantes, ya que sus techados se volaron y salieron disparados hacia algunos de los coches estacionados en la zona, tres de los cuales quedaron dañados. La Policía Local tuvo que intervenir para custodiar las casetas y esperó en el lugar hasta que llegó el dueño responsable de la feria.

Entre los destrozos más significativos se registraron también varias caídas de ramas y tres árboles derrumbados, todos en torno a las tres de la madrugada. El primero de estos desmoronamientos sucedió en Los Alcázares, en la calle Mar Austral. Seguidamente, un hecho similar se repitió en la calle Isla Trinidad, en Islas Menores, y el siguiente, ya pasadas las tres y media de la madrugada, se detectó gracias a un aviso en el que se informaba de que en la Autovía de La Manga, a la altura de la salida número 13, frente a la discoteca Trips, varios matorrales y ramas que habían sido movidos por el viento entorpecían el tráfico en ese punto. Un equipo de bomberos se desplazó a la zona y procedió a la retirada de estos elementos para facilitar el buen flujo de vehículos de nuevo.

Asimismo, el viento también provocó el derrumbe de una palmera aproximadamente una hora más tarde en la Gran Vía de La Manga, a la altura de la Urbanización Géminis. A la caída de una persiana a la altura del Hotel Cavanna y de una lámina de aluminio de la gasolinera del Zoco se sumó la rotura de dos toldos en las urbanizaciones de Las Sirenas y de Castillo de Mar, que completaron el balance de daños materiales importantes en el área cartagenera de La Manga, una de las más afectadas.

Desde el Ayuntamiento de San Javier confirmaron que valorarían los perjuicios cuando bajara el nivel del mar, y que hasta el momento la mayor preocupación era «la pérdida de arena, ya que el agua se comió las playas».

Incendios en el Altiplano

El temporal no se quedó solo en la costa, sino que arrambló también en áreas del Altiplano de la Región.

Poco antes de las diez de la noche del miércoles se registraron dos incendios en Jumilla y Yecla, en el monte de Los Picarios, producidos probablemente por un rayo. Por suerte, la propia lluvia que acompañó a la tormenta eléctrica permitió acabar con estos conatos.

Estas precipitaciones llegaron a materializarse en forma de granizo en algunas zonas del Altiplano y afectaron a casi 700 hectáreas de distintos cultivos.

Según informó el Ayuntamiento de Jumilla, los parajes que recibieron estas inesperadas descargas de granizo fueron los de El Gamellón, Peñarrubia, Fuente del Pino, La Macoya, Las Pansas, La Alberquilla, El Ardal y El Carche. Precisamente estos dos últimos fueron los parajes que más sufrieron la granizada.

Los cultivos afectados fueron de un total de 130 hectáreas de viñedo, con un 35 % de daños en regadío y otras 135 con un 35 % de daños en secano.

En el almendro, el daño fue menor porque parte de la cosecha estaba ya recogida, aunque se vieron afectadas 275 hectáreas. Por su parte, de olivo fueron dañadas unas 150 hectáreas de secano, según explicó el concejal de Agricultura en Jumilla, Juan Gil.