El calor extremo de este verano está pasando factura al Mar Menor, cuyas aguas han permanecido a una temperatura media de 30 grados durante las últimas semanas. Los pescadores más veteranos de la zona no recordaban una situación similar. Y esto, claro, supone un riesgo en una laguna que se encuentra desde hace un año bajo cuidados intensivos

El consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán, El director general del Mar Menor, Antonio Luengo, y el científico de la UPCT Javier Gilabert comparecieron para dar cuenta de la incidencia de la ola de calor, denominada por algunos meteorólogos como «efecto Lucifer», en el Mar Menor. «Lo que se ha producido con este episodio de calor extremo es un caldo de cultivo para el desequilibrio del ecosistema», afirmó Celdrán, por lo que la Comunidad ha intensificado la vigilancia en la laguna. Por ahora, destacó el consejero, los parámetros que miden la calidad del agua no han sufrido alteraciones destacadas, siendo el Mar Menor «excelente para el baño, desde el punto de vista sanitario».

No obstante, este 'efecto Lucifer' explica que el agua no parezca tan nítida como lo era a principios del verano en algunos puntos de la costa y presente un aspecto que recuerda a la 'sopa verde' del pasado verano. Ha crecido un poco la clorofila, aunque no la turbidez no se ha incrementado mucho, según los datos oficiales.

Los científicos, además, alertan de que el fondo de la laguna ha quedado «descubierto» por la pérdida de la pradera marina, quedando solo fango «con una elevada acumulación de materia orgánica», según el profesor Gilabert, que indicó que los expertos implicados en la recuperación del Mar Menor necesitan más tiempo para analizar esta problemática.

También se reconoció que todavía entrar en el Mar Menor mil kilos de nitratos diarios, un 75% menos que el año anterior. La Comunidad insiste en que hay «vertido cero» en la parte que pueden controlar las Administraciones. Pero otras vías de entrada de nutrientes, como las escorrentías, que son más difíciles de evitar. Pese a ello, en colaboración con la Delegación del Gobierno, se intensificará la vigilancia.

«Si el fenómeno Lucifer no ha disparado los parámetros claves, podemos decir que el Mar Menor está en condiciones de aguantar el cambio climático», aseguró, optimista, el responsable regional de Turismo, Cultura y Medio Ambiente.