Ganas de aprender, motivación y, sobre todo, mucha disciplina en la cocina. Así es como definen a Fran Nicolás, un chico de 21 años que es discapacitado intelectual y que desde el pasado enero está trabajando como pinche en el restaurante El Puntillo, en la calle Bartolomé Pérez Casas de Murcia.

Su experiencia laboral se la debe a la iniciativa 'Empleo con Apoyo' que está impulsada por la Consejería de Empleo, Universidades y Empresa a través del Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF). Fran se encuentra en la asociación Fundown de la Región de Murcia y su preparador laboral, Alberto Sánchez, lo ha acompañado durante estos meses en su corta pero intensa experiencia laboral.

Trabaja 20 horas semanales, de 12.30 a 16.30 horas aproximadamente y su preparador siempre está presente apoyándolo e instruyéndolo. «Durante los primeros días sí que estaba el 100% de las horas con él. Ahora, en cambio, hago una supervisión cada cierto tiempo para saber cómo va, ya que poco a poco va demostrando más autonomía y controla mejor la situación», indica Alberto.

Uno de los propietarios del local, Pablo Sabater, afirma que desde la empresa están «muy contentos» con Fran: «Actualmente forma parte de la plantilla y está en nómina, ya que desempeña su trabajo y sus labores como cualquier persona normal. Se ha integrado muy bien, en las sobremesas incluso participa con nosotros en las conversaciones y anécdotas».

Antes de participar en El Puntillo, Fran señala que estuvo haciendo un curso de preparación laboral, por lo que ya tenía una base adquirida para que lo llamaran algún día. Dentro de estas labores, Fran se encarga de «la fregaza» en cocina: lavar y enjuagar platos y cubiertos. También ayuda al cocinero a hacer algunas comidas, como croquetas, prepara postres o se encarga del corte de verduras, entre otras labores.

«Recuerdo que me contrataron antes de Navidad, aquí me tratan muy bien, no me falta de nada. Estoy muy contento con mis jefes, a los que considero compañeros. Si no hubiera sido por la asociación Fundown, no estaría aquí, por lo que estoy muy orgulloso y agradezco a mi preparador Alberto por haberme formado para realizar este oficio, con el que me siento útil y orgulloso», declara Fran.

Pablo confiesa que desde su empresa desconocía la labor de Fundown, pero la propuesta y finalidad de ellos era «muy atractiva».

«Desde nuestra perspectiva como empresarios, tenemos que apoyar todas las iniciativas que ayuden a la inserción de estas personas. La igualdad de posibilidades tiene que estar patente en nuestra sociedad y desde El Puntillo apoyamos esta causa», admite el copropietario del restaurante.