La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha vuelto a meter el dedo en la llaga. Si hace una semana sublevaba a los agricultores murcianos al asegurar que en el Segura se estaba resolviendo la falta de agua con las desaladoras y los pozos de sequía, mientras que en el Duero hay restricciones, ayer volvía a insistir en que en Murcia se está regando, mientras que en Castilla y León no tiene agua. Durante una comparecencia ante la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso para informar sobre la situación de sequía y la lucha contra incendios, explicó que en el último Consejo Nacional del Agua se aprobó la revisión de los planes especiales de actuación en situación de alerta y eventual sequía, vigentes desde el año 2007, para introducir modificaciones en la gestión los recursos.

Tras recordar que España está en su quinto año de sequía, explicó que sólo en la cuenca del Segura se han movilizado 250 hectómetros cúbicos adicionales, además de otros 30 para el Júcar. Apuntó que mientras es «una realidad» que en Castilla y León no se está regando, en Murcia sí se riega, aunque avanzó que no se sabe qué sucederá si no llueve la próxima campaña. Para respaldar sus afirmaciones esgrimía que la producción agraria de la Región se ha incrementado un 14% en el último año. Reiteraba así las afirmaciones realizadas en una entrevista en televisión en las que se jactaba de hacer resuelto la falta de agua en el Segura, que fueron consideradas «humillantes» e «hirientes» por parte de los regantes, dado que los trasvases del Tajo están suspendidos desde el pasado mes de mayo para la agricultura y para el abastecimiento. Esto supone que gran parte del agua desalada de las plantas de Torrevieja, Águilas y Valdelentisco, que debería destinarse al regadío, tendrá que ser utilizada por la Mancomunidad del Taibilla para garantizar el abastecimiento a 80 municipios de Murcia, Alicante y Albacete.

Tejerina recordaba ayer que la gestión del agua es una responsabilidad compartida y que las confederaciones hidrográficas ponen agua a disposición de los regantes que, una vez que la reciben, deben decidir cómo gestionarla. «Se les ha puesto agua a su disposición. Ojalá seamos capaces de mantener esta situación, insisto, en el que sería el quinto agua de sequía, pero todo parece que este agua extraordinaria se va terminando», indicó.

En cuanto al Pacto Nacional del Agua, señaló que en el mes de agosto terminará la ronda de contactos con las comunidades autónomas y que después comenzarán las reuniones con los grupos parlamentarios y los usuarios con el objetivo de «buscar puntos de encuentro» ante un pacto que tratará, según la ministra, «el déficit de agua», pero también las inundaciones, la gobernanza y aspectos ambientales. García Tejerina hizo repaso del nivel de riesgo de las diferentes cuencas: Duero (alerta); Júcar y Segura y los sistemas de cabecera del Tajo (emergencia): Miño Sil, Guadiana, Guadalquivir, Ebro y Cantábrico occidental (prealerta).

Debate parlamentario

Durante el debate parlamentario en la Comisión de Medio Ambiente, el diputado del grupo socialista Manuel Gabriel González criticó «el opaco» mercado de cesión de derechos de agua entre regantes y reclamó al Ejecutivo que dé prioridad al uso de las desaladoras. Por su parte, el diputado de Unidos Podemos Pedro Arrojo criticó que el Gobierno «no acabe» con los pozos ilegales al tiempo que advirtió de que «proponer nuevos trasvases es como regalar un monedero a un pobre».

Desde Ciudadanos, el parlamentario por Murcia Miguel Ángel Garaulet pidió más control de las zonas ilegales de regadío y se preguntó por qué no se está permitiendo la compra de derechos de agua entre cuencas . El diputado de Compromís Enric Bataller lamentó que en la Comunidad Valenciana solo hay agua para los próximos tres meses . «Puede ser grave a partir de septiembre», añadió.