Las empresas familiares de la Región tienen menos de 25 años de antigüedad, su plantilla no supera los 50 trabajadores y son más rentables que las españolas, aunque están más endeudadas. Este es el retrato de las compañías murcianas de carácter familiar que ofrece el informe La empresa familiar en la Región de Murcia (2011-2015), publicado en el número 5 de Cuadernos del Consejo Económico y Social. El objectivo de la investigación era conocer la situación actual de la empresa familiar en la Región y su contribución a la economía murciana, además de situarla dentro del contexto nacional.

En la elaboración del informe han participado el director de la Cátedra de la Empresa Familiar, Ángel Luis Meroño, que es profesor de la UMU; además de Antonio Duréndez y Antonia Madrid, pertenecientes al Departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Politécnica de Cartagena. Para realizar la investigación se han seleccionado sociedades mercantiles con un mínimo de 10 empleados y se han analizado datos de un período de cinco años (2011-2015) de 97.902 empresas, de las que 2.957 son de la Región. De ellas, 2.604 son familiares, mientras que las restantes 353 no lo son.

Las conclusiones revelan que las empresas familiares representan el 92% en la Región, mientras que en España este porcentaje se reduce al 89%. Siete de cada diez compañías murcianas (70,4%) regidas por las familias tienen menos de 25 años, lo que supone que solo un 29,6% supera el cuarto de siglo, mientras que en España este porcentaje se eleva al 35,3%.

También el porcentaje de empresas no familiares que supera los 25 años está por encima del que arrojan las familiares, con el 31,3%.

Por otra parte, el 68,3% de las compañías regidas por familias tiene menos de 25 trabajadores y un 20,2% se sitúa entre los 25 y los 49. En ambos casos estos porcentajes superan a los de las compañías no familiares.

Sin embargo, la proporción se invierte cuando la plantilla supera los 50 trabajadores. Solo un 6,6% de las compañías familiares está en la franja de los 50 a 99 trabajadores, mientras que en las no familiares este porcentaje alcanza el 14%.

La diferencia es aún mayor cuando se trata de sociedades que están por encima de los 99 trabajadores, dado que solo el 4,9% de las compañías familiares supera el centenar de empleados, mientras que en las no familiares el porcentaje llega al 17,7%.

En el resto de España la situación no es diferente, dado que la proporción de empresas familiares con más de 99 trabajadores es incluso inferior a la de Murcia (4,4%)

El director de la Cátedra de la Cátedra de la Empresa Familiar atribuye este comportamiento a los requisitos de tipo laboral, jurídico y fiscal que la normativa legal impone a las empresas con más de 50 trabajadores, entre los cuales figura la obligación de tener comité de empresa. Ángel Luis Meroño y Antonio Duréndez coincidieron en la necesidad de simplificar los trámites administrativos y los requisitos que entorpecen la gestión empresarial para facilitar la supervivencia de las empresas y ayudarles a conseguir un mayor tamaño.

No obstante, las empresas familiares de la Región consiguen mejores resultados que la media de las españolas, aunque están más endeudadas. Los autores del informe estiman que el hecho de haber conseguido financiación bancaria cuando las entidades financieras tenían restringido el crédito puede indicar que las empresas familiares estaban más saneadas. Apuntaron igualmente que, posiblemente, como consecuencia de los esfuerzos por superar la crisis y mantener el empleo, presentan un mayor endeudamiento, que ha causado cierta sorpresa.

Aportan 6.072 millones a la economía regional

Las 31.000 empresas familiares murcianas aportan 193.000 empleos y 6.070 millones de euros al PIB murciano, según el estudio La empresa familiar en la Región de Murcia (2011-2015), realizado por la Cátedra de la Empresa Familiar para el Consejo Económico y Social (CES). Los autores del informe apuntan que estas compañías muestran una menor competitividad, que atribuyen a los posibles esfuerzos realizados para mantener el empleo durante los años de la crisis, frente a las firmas que reducían plantilla sin tantos miramientos.

El análisis de resultados lleva a los autores a plantear una serie de medidas para mejorar la competitividad. Aunque el 70% de las empresas familiares tiene planes de crecimiento, su reducido también y sus dificultades para superar los 50 trabajadores son contemplados como inconvenientes, que se amortiguarían si la Administración da más facilidades y simplifica la gestión tributaria. Las principales actuaciones en este ámbito pasan por adecuar el contexto fiscal y laboral a la realidad de las empresas. Para reducir el excesivo peso de la deuda, recomiendan un mayor uso de herramientas de planificación financiera. En el caso del comercio se aconseja reducir las existencias para evitar costes.