La falta de agua que sufren los regadíos del Acueducto Tajo-Segura podría resolverse con un nuevo trasvase del Ebro, del Duero e incluso desde el Tajo Medio. Los estudios técnicos que ha encargado el Sindicato Central de Regantes a una consultora para buscar soluciones al déficit que afronta la agricultura en las provincias de Murcia, Alicante y Almería apuntan al menos cinco posibles alternativas: desde el Duero Medio al embalse de Entrepeñas; del Ebro Medio y desde la desembocadura; desde el Tajo aguas abajo de Toledo; y desde la presa del Azután. Además, el Sindicato tampoco renuncia a recibir las aguas sobrantes del Júcar que «no tienen ningún usuario asignado y se acaban desembalsando al mar».

El presidente del Sindicato Central de Regantes, Lucas Jiménez, explicó ayer que estas son las cinco propuestas de nuevos trasvases contempladas por la firma Sers Consultores en los informes técnicos, que ahora serán entregados al Ministerio de Medio Ambiente para que los estudie. A su juicio, «cualquiera de estos posibles trasvases es factible». El objetivo, según explicó Lucas Jiménez, es conseguir unos 500 hectómetros cúbicos anuales que cubrirán las necesidades de los regadíos que dependen del Acueducto. «Científicamente esto no lo remedia otra cosa que un trasvase», aseguró el presidente de los regantes, que no se decantó por ninguna de las cinco alternativas.

Aunque recordó que la cuenca del Segura tiene reconocido un déficit estructural de 400 hectómétros cúbicos, 200 de los cuales corresponden al Trasvase, recordó que los caudales aportados por el Tajo no llegan a los 600 hectómetros cúbicos previstos.

Recordó que una vez que las distintas alternativas estén sobre la mesa, «corresponde a la Administración el estudio e impulso de tales actuaciones».

Lucas Jiménez también dio a conocer el acuerdo de la Junta de Gobierno del Sindicato en el que se plantea la necesidad de que esta organización, junto con la Junta de Usuarios del Segura y la Junta de Hacendados estén representado en el Pacto Regional del Agua que el Gobierno trata de sacar adelante en el Parlamento autonómico. «Tendemos la mano a la Asamblea para que cuente con nosotros», aseguró Lucas Jiménez. Añadió que con el documento presentado ayer «queda demostrado que existen las condiciones técnicas para que pueda realizarse un trasvase, pero hay que tener en cuenta los condicionamientos sociopolíticos y es fundamental que se produzca un acuerdo entre políticos. Y si se han de producir estos acuerdos, creemos preciso que se tenga en cuenta la opinión de los usuarios del agua en la Región, que son los regantes, más aun cuando estamos en disposición de aportar una propuesta técnica de prestigio».

La cabecera del Tajo cuenta con apenas 306 hectómetros cúbicos, lo que mantiene cerrado el Acueducto desde el mes de mayo, sin que llegue agua para riego ni para abastecimiento. Lucas Jiménez lamentó que esta situación lleva al Sureste a «cuidados paliativos», que solo podrá resolverse con aportaciones de otras cuencas. El presidente de los regantes recordó que la única fuente a la que pueden acudir son las desaladoras, aunque precisó que esto tiene contraindicaciones, como «el coste excesivo, su difícil regulación, una baja mineralización o el exceso de boro que daña los cultivos de cítricos».

La Junta de Gobierno también mostró su rechazo al trato que la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, dio a los regantes en una entrevista en televisión, que considera «hiriente».