El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), Lucas Jiménez, ha dicho hoy que el debate sobre cuáles son las posibilidades reales de trasvase en este país debería bajarse a un plano meramente técnico, pero "la realidad sociopolítica lo hará viable o no".

El SCRATS ha enviado al Ministerio de Agricultura un estudio técnico con varias propuestas para solventar el déficit estructural de la cuenca del Segura, que según el Plan Hidrológico de la misma, estaría en unos 400 hectómetros cúbicos de agua, si bien en el citado documento piden unas aportaciones de 500 que pasarían por un nuevo acueducto.

Además de la desalación, el aprovechamiento de aguas depuradas, los acuíferos, y las cesiones de derechos o posibles cesiones de volúmenes en precario que no están asignados, la conclusión final del estudio es que uniendo todo esto la solución para paliar el déficit es un nuevo trasvase.

"De dónde vendría, a nosotros no nos corresponde decirlo", aseveró, "es al ministerio y a la administración a quien corresponde decir cuál es la opción más viable", y entre ellas se plantean las ya conocidas de la desembocadura del Ebro o la derivación en los cursos medios del Duero y Tajo.

En cuanto al tema de la cesión de derechos entre regantes que no utilizan el agua y las que la necesitan como es este caso, el pasado día 17 el SCRATS presentó en el ministerio formalmente el acuerdo al que han llegado con regantes madrileños de Estremera y La Poveda, que está pendiente de aprobación.

En el estudio también se plantea la posibilidad de un acueducto de 60 kilómetros de longitud para enviar el agua de riego que no es utilizada por los regantes del Vinalopó y que uniría la desembocadura del Júcar, en el Azúd de La Marquesa (Cullera-Valencia) con el Azúd de Ojós.

Se trataría de una asignación de recursos sobrantes a la Demarcación del trasvase resultante de restar todo lo que los usuarios del Júcar no consumen y los condicionamientos ambientales que conlleva esta obra, "a partir de ahí si hay algo y es viable nos parece una propuesta razonable y contamos con el apoyo de la Unión Sindical de Usuarios del Júcar (Usuj) y de los regantes del Júcar-Vinalopó".

El decreto de sequía se prevé que se vaya a prorrogar en septiembre, con lo que el Sinclinal de Calasparra seguirá hasta los 25 hectómetros cúbicos asignados, se pondrá en funcionamiento una batería de pozos en la Vega Media (8 Hm3), pero, a su juicio, el ministerio debería plantear un acompañamiento presupuestario si no llueve y la cuenca no se recupera.

"Sería para obras de pequeño o mediano calado para disponer de agua con carácter de urgencia", explico.

"La desalación está muy bien pero sigue estando en la costa y no está articulada ninguna infraestructura que eleve las aguas para que podamos redistribuirlas a la totalidad de comunidades de regantes", recalcó.

"Es fundamental que llueva; no hay plan B, nadie tiene un plan B, a día de hoy, con la infraestructuras que tenemos y con el agua que conocemos que hay, necesitamos el acueducto Tajo-Segura", concluyó.