La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, ha sublevado a los agricultores de la Región con unas declaraciones en las que presume de haber resuelto los problemas del regadío y niega que haya restricciones. El secretario de Organización de Coag, Francisco Gil, considera «humillante» que haya comparado los problemas causados por tres años de sequía en la cuenca del Segura con los que sufren los agricultores de Castilla y León durante una entrevista en 13TV. También mostró su indignación ante las alusiones de la responsable de Medio Ambiente del Gobierno central a la utilización del agua como un arma para «hacer política barata», después de dos décadas de estudios y negociaciones infructuosas.

El dirigente de Coag considera necesaria la creación de «un frente común» para reclamar soluciones al Ministerio, ante la escasa preocupación que muestra su titular. «La Región tiene que alzar la voz y decir: ¡Basta ya!», aseguró Francisco Gil, quien no daba crédito a «la satisfacción» de la ministra.

Como si ignorara que los envíos del Trasvase están cortados y que la cuenca del Segura se encuentra también bajo mínimos, García Tejerina ha echado más leña al fuego con unas declaraciones en las que quita importancia a los efectos de la sequía en la Región y se jacta de que ha resuelto las necesidades de la agricultura gracias a los pozos de sequía y las desaladoras.

Lo que más ha dolido a los agricultores es que compare la situación del Segura, después de tres campañas de sequía, con los problemas de Castilla y León. «El déficit no es solo un problema de Levante. Hoy quienes más están padeciendo el rigor de la sequía son los regantes del Duero, los que tienen limitaciones en el agua de riego», aseguraba García Tejerina.

A su juicio, «en el Levante se ha hecho una buena gestión. Hemos movilizado más de 280 hectómetros cúbicos entre los caudales de los pozos de sequía, el agua desalada y las cesiones de derechos para que no hubiese restricciones de riego en estos tres años. Se ha movilizado agua suficiente».

Reiteró que «en tres años de sequía en el Mediterráneo hemos sido capaces de gestionarla incluso con aumentos de producción, aunque cada vez es más difícil dar ese agua adicional».

Y por si no hubiese metido el dedo en la llaga lo suficiente, García Tejerina criticó el uso partidista del agua y apeló a la responsabilidad en las negociaciones que está manteniendo con las comunidades. «El Pacto Nacional del Agua es una hoja en blanco por escribir y es importante que la gente se siente a escribir esta página, pero no a hacer política fácil ni política barata. Es muy fácil mover sensibilidades. Yo podría contar muchas situaciones».

García Tejerina responsabilizaba al PSOE del retraso en la planificación, al haber incumplido los plazos establecidos por la Unión Europea para elaborar los planes de cuenca. «Tenía que haber planes de gestión de cuenca aprobados en 2009, pero nada estaba aprobado cuando llegamos al Gobierno. Teníamos incluso una amenaza de sanción, además del peligro de dejar a España sin planificación. Pero hicimos en cuatro años el trabajo de dos o tres legislaturas. No pudimos avanzar antes, porque necesitábamos conocer la plantificación de las cuencas para llegar al Pacto Nacional del Agua».

Francisco Gil también considera «humillante «que la ministra se jacte de haber llegado otra vez al mismo punto de partida que han conocido los agricultores, después de «décadas de promesas», que no han resuelto la falta de agua.