Para luchar con éxito contra la corrupción, es imprescindible que se den tres factores de manera conjunta, como son una coyuntura crítica favorable, reformas institucionales que sirvan de palanca y, sobre todo, una coalición de fuerzas políticas y sociales que consiga promover los cambios oportunos.

Esas son las principales conclusiones a las que han llegado los investigadores del grupo de Análisis Político de la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia (UMU), que han iniciado un trabajo sobre las pautas para luchar con éxito contra esa lacra política y social.

Según los investigadores, para que las políticas anticorrupción sean efectivas, es necesario que confluyan los tres factores mencionados, algo que «raramente aparece conjuntamente, lo que explica los fracasos constantes de estas políticas», según Fernando Jiménez, impulsor del estudio.

En su opinión, en el caso de España, sí que existe el primer factor, la coyuntura crítica, que comenzó a manifestarse con la crisis económica, así como las reformas institucionales previas, como nuevas leyes como la de Transparencia en 2013. Sin embargo, ha señalado que en cuento a la formación de una coalición de fuerzas políticas y sociales convencida de la necesidad de luchar contra la corrupción, ha considerado que es el factor más importante y también el más difícil de medir, y este estudio tratará de determinar si existe o no en el caso español. Se trata de determinar si los ciudadanos son conscientes «de que se está ante el momento oportuno para cambiar las reglas del juego político de manera definitiva y de que tengan voluntad para empujar el cambio», porque «solo si se vencen los problemas de acción colectiva, será posible avanzar en el control de la corrupción».

Asimismo, Jiménez subraya la importancia de que las reformas planteadas por el gobierno «sean creíbles» y generen un efecto real que puedan percibir los ciudadanos, ya que muchas de las medidas puestas en marcha hasta ahora «tienen una motivación cosmética, son para salir del paso tras los escándalos en los medios de comunicación, pero no son convincentes». Eso motiva que «la gente sigue funcionando con la misma lógica particularista, buscan soluciones para sus propios problemas o los de su grupo más cerrado, sin preocuparse de buscar soluciones para las que no haga falta recurrir a cultivar los contactos oportunos».

Además de la UMU, participan en el proyecto otras universidades como la Rey Juan Carlos de Madrid, la Universidad de Valencia, la de Barcelona, la Universidad Libre de Bruselas y la Facultad Latino Americana de Ciencias Sociales de Ecuador.