El nuevo presidente de la Federación Regional de Empresarios del Metal (FREMM), Alfonso Hernández Zapata (Murcia, 1972), es un cosmopolita perteneciente a la generación que ha salido a formarse al extranjero. Después de estudiar Económicas cursó el grado de Filosofía a través de la UNED por afición y por el placer de conocer a los grandes pensadores de la historia. Hernández Zapata, que el pasado miércoles consiguió el apoyo del 80% de los miembros de la comisión ejecutiva del Metal para relevar a Juan Antonio Muñoz, quien ha presentado su dimisión por sorpresa, después de haber permanecido once años al frente de la organización empresarial, ha roto muchos moldes, empezando por el hecho de ser un cartagenero al frente de la mayor federación empresarial de la Croem. Hasta ahora era vicepresidente de la FREMM por Cartagena, pero se ha movido con discreción en los ámbitos empresariales.

Él le quita importancia al hecho de proceder de una empresa situada al otro lado del Puerto de la Cadena y apunta que, en realidad, él nació en Murcia, en la clínica de Belén. Hernández Zapata cuenta que está acostumbrado a cruzar la Región de una punta a otra constantemente y se muestra convencido de que la elección de un cartagenero contribuirá a «sumar esfuerzos», porque considera que lo importante es conseguir «que la Región tenga más peso específico en España».

Su familia tiene una empresa de automoción en San Javier que había desarrollado varios negocios relacionados con el sector, «aunque durante la crisis tuvo que hacer una reestructuración fuerte» y en los últimos años ha diversificado su actividad para introducirse también en el sector agroalimentario, con la exportación de vino de Jumilla al mercado chino, y en el desarrollo de polígonos industriales.

Para él haber conseguido el apoyo de la dirección del Metal «no es una odisea», sino una muestra de confianza, que agradece profundamente.

Recuerda que, después de hacer COU en Oxford, cursó la carrera de Económicas en la Universidad de Murcia, pero hizo el trabajo de investigación en la Politécnica de Cartagena, por lo que asegura que mantiene buenas relaciones con ambas instituciones.

«Empecé como alumno y fui pasando de una a otra universidad». Después ha sido profesor en un máster de la Politécnica.

También ha dado clase de Dirección Comercial y Marketing en la universidad de la ciudad china de Guangzhou, donde la empresa familiar dedicada a la exportación de vino ha conseguido una gran proyección. Esta compañía está dirigida por su hermano menor, David, que da nombre a la marca David Wine, en la que se han volcado con mucho entusiasmo.

«Hemos realizado un gran esfuerzo de marketing», explicaba, orgulloso de que la dedicación les haya permitido situar la marca de vino de Jumilla David Wine en el mercado chino. La firma incluso ha conseguido ser el patrocinador del ATP Open de Tenis de Shenzhen, según cuentan las hemerotecas, además de haber obtenido varios reconocimientos y distinciones oficiales que le han convertido en una enseña cotizada. «Es el vino más reconocido en China», asegura.

Entre los galardones obtenidos figura el Golden Horse Award of China Hotel como el mejor proveedor vitivinícola de alta calidad, que es valorado como el 'Oscar' de la industria hotelera de China.

Alfonso Hernández, que es el segundo de los tres hermanos, dirige la firma Maquinasa, dedicada al sector automovilístico, pero antes de asumir las riendas de la empresa familiar se marchó a Estados Unidos para completar su formación y pasó, entre otras instituciones, por la Universidad de Yale. También realizó varios cursos en la Universidad de Murcia sobre Auditoría de Cuentas y Contabilidad superior.

Además, a medida que se adentraba en el estudio de los teóricos de la economía, fue interesándose por profundizar en las corrientes de pensamiento y descubrió que le gustaba la filosofía. Así acabó pasando de Adam Smith, Milton Friedmans y Keynes a Marx o Heidegger. Y lo que en principio era «un hobby», le llevó a estudiar el grado de Filosofía en la UNED, aunque todavía tiene pendiente el trabajo de fin de grado.

Para él «más que una carrera, era un hobby», pero la afición también le condujo a Los Ángeles a hacer un curso.

Asegura que le gusta «el estudio del pensamiento humano», que ha compatibilizado con su trabajo en la empresa familiar, en la que empezó como comercial. «La filosofía te aproxima a la realidad, te da una perspectiva distinta».

A pesar del poco tiempo que le dejan su labor en las empresas familiares y el tiempo que dedicaba a la FREMM como vicepresidente, confiesa con cierto pudor que en los ratos libres disfruta sentándose a escribir sus propios pensamiento y reflexiones.

Se considera una persona «conciliadora», y asegura que le gusta «hacer las cosas con cabeza, pensándolas bien, escuchando a la gente y valorando las opciones de la mejor manera posible. No me gusta hacer juicios sin tener información».

También ha conservado la afición por el deporte y, además de jugar al tenis, acostumbra a correr cuando puede.