Ya lo advirtió el presidente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT): El agua para abastecimiento es prioritario según la ley. Lo que los regantes de la Región no esperaban es que este mismo mes y en plena escasez de recursos por la aguda sequía, este organismo que depende del Ministerio de Agricultura comenzara a echar mano de los recursos de las desaladoras, en concreto de la de Valdelentisco, para suministrársela a las poblaciones, un agua con la que ellos contaban para regar este verano y que han dejado de recibir.

«Sabíamos que podía ocurrir, pero esperábamos que fuera a partir de septiembre y después de ver cómo le había ido al Taibilla en el verano», apuntó uno de los agricultores afectados, que lleva cuatro días con el agua cortada y sin saber cuándo podrá otra vez contar con ella.

De hecho, las comunidades de regantes afectadas han tenido que rehacer la planificación de los turnos de riego para este mes, y con la advertencia hacia los agricultores de que ese calendario «está sujeto a modificaciones, siempre a peor».

«Vamos al día; todo lo que nos llega lo gastamos en los cultivos y si no recibimos agua no podemos regar», añadió, dejando claro que no entendía esta situación «que nos ha llegado sin que nadie nos avise, como un hecho consumado».

«La situación está al límite», advirtió este agricultor, quien se preguntó si lo mismo estaría pasando con las otras desaladoras del Ministerio, la de Aguilas y la de Torrevieja (Alicante), o sólo eran ellos los afectados por el corte de suministro.

Esta Redacción intentó ayer contrastar esta información con el Ministerio de Agricultura sin que fuera posible.

Lo peor está por venir

Sin embargo, lo peor está por venir y eso lo tienen claro los regantes, salvo que ocurra un milagro en forma de diluvio universal.

Desde el pasado mes de mayo el Trasvase no envía ni una gota de agua, ni para regar ni para beber. En la cabecera del Tajo los pantanos pierden recursos a una media de 20 hm3 al mes, y actualmente sólo tienen 320 hm3. Si se mantiene ese ritmo, en enero apenas si se almacenarán 220 hm3, pero con el aumento a 400 hm3 de la reserva mínima trasvasable, en los embalses tendría que haber 420 hm3 para que pudiera producirse un envío a la cuenca del Segura de 20 hm3 (7,5 para beber y el resto para regar).

«Y eso, estadísticamente, nunca se ha producido. ¿Qué haremos entonces», se preguntan los agricultores.