Las imágenes lo dicen todo. Los nueve pozos que forman parte del Sinclinal de Calasparra ya están operativos y vertiendo agua al cauce del río Segura. Van a ser en total 31,9 hectómetros cúbicos, de los cuales 25,8 tienen muchos 'sedientos' destinatarios, los regantes del Trasvase Tajo-Segura. Los 6 hm3 restantes se echarán al cauce para compensar las pérdidas de caudal que tendrá el río por estas extracciones.

El jefe de área de gestión del Trasvase Tajo-Segura de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Juan Antonio Cánovas, que acaba de 'aterrizar' en este cargo, explica que la extracción de agua de cada pozo variará en función de los recursos del mismo.

«Cada sondeo tiene marcado unos máximos y oscilan entre los 2,2 hm3 del de El Esparragal II, que es el que menos cantidad va a aportar, hasta los 5,96 hm3 del de Soto Pedro Pérez, ambos en el término municipal de Calasparra», indica.

El resto oscila en esa horquilla: Esparragal I, Cortijos,Molino, Cortijo del Viso, El Mojón, La Loma y Almadenes II. Hasta el momento se ha extraído casi 1 hm3.

La previsión es que todos los pozos funcionen hasta el mes de diciembre, tal y como se recoge en la Evaluación de Impacto Ambiental aprobada por el Ministerio, evaluación que es válida para los próximos cuatro años. La explotación de los sondeos se cerrará a finales de año y se reabrirá pasados dos o tres meses, tiempo en que los técnicos esperan que se recupere el acuífero, señala el jefe de área.

Las obras para acondicionar y poner en marcha los pozos comenzaron el 20 de junio pasado, un día después de que la Dirección General del Agua del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) autorizara su explotación. Llevaban cerrados un año.

Tres días después la Confederación puso en marcha el primer pozo, el de Almadenes II, el único que está en el término municipal de Cieza.

Los sondeos aportan agua al cauce del río directamente a través de una tubería, en forma de borbotón o como cascada (es el caso del Almadenes II, que desagua en el Cañón del mismo nombre). Además, tres de ellos comparten una peculiaridad: todos vierten el agua en la misma arqueta, y de ahí, al río. Son los de Mojón, Cortijos del Viso y La Loma.

Gorgotón y abastecimiento

El responsable de la Confederación comenta que pinchar el acuífero del Sinclinal de Calasparra va a suponer pérdidas de caudal en el río, ya que se verá afectado el Gorgotón de Cieza -una surgencia del río-. «Normalmente disminuye e incluso llega a desaparecer, de ahí que una parte de los recursos del Sinclinal se destinen a paliar esta pérdida de agua circulante».

Además del Sinclinal, sólo estan abiertos los pozos del acuífero de El Molar. Hasta ahora se han extraído 13,9 hm3, y el objetivo es llegar a 15 hm3. Estos recursos se destinan exclusivamente a la Mancomunidad de Canales del Taibilla, para paliar la pérdida de recursos que, al igual que el regadío, está teniendo el abastecimiento por el cierre del Trasvase Tajo-Segura el pasado mes de mayo a consecuencia de llegar a la línea roja marcada por el Memorándum -368 hm3-.

Regantes sin recursos

«La verdad es que en estos momentos estamos gestionando miseria», apunta Juan Antonio Cánovas, quien, como jefe de área de la gestión del Trasvase, añade que «el momento es complicadísimo y la única ventaja es que llegados a este punto sólo podemos mejorar». Esa mejora sólo podría venir con la entrada en los pantanos de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, de recursos «si cayera del cielo la mundial», subraya Cánovas.

De hecho, en la actualidad ya hay comunidades de regantes del Trasvase que han agotado todos los recursos que les corresponden hasta finales de septiembre, que es cuando acaba el presente año hidrológico: «La situación es dramática y nosotros estamos haciendo todo lo que podemos».

Por lo que respecta a las otras dos baterías de pozos de sequía de la cuenca pendientes de abrir, Mingogil (en Hellín-Albacete) y Vega Media, la CHS ya los tiene en proceso de declaración de impacto ambiental. De estas dos baterías tienen proyectado extraer un total de 20 hm3, también para ayudar a los regantes del Trasvase.

La situación hídrica de la demarcación del Segura ha empeorado progresivamente en los últimos tres años de sequía. La aportación que han recibido los embalses de la cabecera del Segura entre el 1 de junio de 2016 y 2017 ha sido de 222 hm3, lo que supone menos del 70% de la media histórica de los últimos 30 años, según los datos que aportó el presidente de la CHS, Miguel Ángel Ródenas, hace unos días, durante la última Junta de Gobierno del organismo de cuenca. Esta falta de aportaciones ha provocado una disminución de las existencias propias de la cuenca desde el 36% que acumulaban hace un año hasta el 21% actual.