La lucha contra el fuego y la prevención de los incendios en la Región ya ha entrado en el siglo XXI: los drones y los algoritmos de inteligencia artificial se han convertido en un ´input´ más para los agentes medioambientales y los retenes forestales y para todos aquellos que luchan contra uno de los máximos peligros que acechan sobre la superficie forestal cada verano.

Donde no llega el hombre pueden llegar los drones y las herramientas informáticas avanzadas, por lo que la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente de la Región está preparando a los agentes y a los retenes en el uso de estos nuevos equipos para la prevención de incendios y para el control forestal.

Entre otras acciones, la Consejería va a probar las imágenes que puedan ser realizadas con vuelos específicos de drones para elaborar modelos e identificar aspectos como la cantidad de vegetación seca, las zonas de monte con alteraciones naturales y otros aspectos que son de difícil identificación mediante medios más directos, porque están en zonas de difícil acceso.

«Este proyecto, que lidera la Dirección General de Medio Natural, va a permitir modernizar e incorporar las nuevas tecnologías para labores avanzadas de prevención de riesgos forestales y supone un salto cualitativo fundamental en los objetivos de control y supervisión de nuestros montes y espacios naturales», destaca el consejero, Francisco Celdrán.

En un futuro cercano, los drones y las gafas de realidad aumentada para pilotarlos formarán parte del equipo técnico de los agentes medioambientales, que, igualmente, tendrán que recibir una formación avanzada para el uso de estos recursos.

Como punto de partida, los agentes y retenes van a comenzar a recibir clases más teóricas, empezando con la identificación de todas las bases de datos existentes sobre parámetros que influyen en el riesgo de incendios y modelos predictivos.

A continuación, les explicarán lo que los técnicos saben sobre labores de predicción para desarrollar modelos preventivos más avanzados y precisos.

Un segundo paso será el trabajo de campo con drones, en el que se tendrá en cuenta también lo que los agentes forestales conocen del medio natural.

«Uniendo estas dos líneas, se avanzará en el desarrollo y adaptación de esta nueva tecnología para evitar riesgos y realizar unas labores preventivas más eficaces con el apoyo de las nuevas tecnologías», insisten desde la Consejería de Medio Ambiente.

A vista de pájaro

Pero estas nuevas herramientas se suman a las tradicionales y ya existentes y que, desde el cielo, también realizan labores de prevención. Se trata de la aeronave de coordinación y vigilancia (ACOVI) que, llegado el caso, avisa al Centro de Coordinación de Emergencias de las posibles incidencias.

El helicóptero forma parte del Grupo de Detección y Aviso del Plan Infomur y entre sus funciones figura, además de la anterior, controlar a los visitantes; localizar geográficamente los focos detectados; señalizar el acceso al área del incendio; comunicar rápida y eficazmente la información al Centro de Coordinación de Emergencias 112 y aportar datos sobre la naturaleza del incendio, condiciones atmosféricas y posible evolución en función de los parámetros observados; y tomar imágenes en tiempo real de la evolución del incendio y desarrollo de la extinción y enviarlas al Centro de Coordinación, Director de Extinción y Unidad Móvil de Mando.

Vuelos a diario

Cada día, el ACOVI realiza una ruta de vigilancia en el horario y en las zonas de mayor riesgo de incendios forestales o cuando ocurran otras circunstancias especiales (como caídas de rayos, concentraciones humanas, actividades deportivas?).

El helicóptero que realiza el servicio es un modelo Bell 206 Jet Ranger, con capacidad para 5 personas. La tripulación está compuesta por dos pilotos, uno de los cuales hace de operador de cámara. Durante fases de la época de peligro alto se incorpora un técnico contratado por la Dirección general del Medio Natural, que ejerce de coordinador aéreo y asistente del Director de Extinción.

La aeronave cuenta con dos cámaras. Una de ellas es un domo giroestabilizado con cámara infrarroja sincronizada en zoom con cámara en color, instalado en el morro, que ofrece visión térmica y tiene una capacidad de giro de 360 grados. La otra, es manual y de alta definición para captura y procesado de videos.

Además cuenta con sistema de transmisión de imágenes que, mediante aplicación web, permite recibirlas en tiempo real y posicionadas sobre cartografía de distintas capas. Este sistema ofrece la posibilidad de recogerlas a través de los smartphones vinculados a los directores técnicos de extinción.

No quemas agrícolas

Las condiciones de sequía actuales en la Región hacen que el combustible forestal sufra estrés hídrico, lo que puede propiciar la evolución negativa de los posibles conatos de incendio -menos de una hectárea-, «de ahí la necesidad de extremar las precauciones», indican desde la Consejería.

Esta situación ha obligado a Medio Ambiente a mantener medidas preventivas durante el periodo de peligro alto de incendios también a los efectos del uso del fuego en las tareas agrícolas, por lo que desde el 1 de junio al 30 de septiembre está prohibido cualquier tipo de quema.

Los incendios más graves

  • DOÑANA: Las llamas arrasan casi 8.500 hectáreas en tres días. El incendio en el entorno del Parque Natural de Doñana (Huelva), que se inició el pasado sábado, ha arrasado 8.468 hectáreas de matorral y arbolado. Ha sido, hasta ahora, el más importante producido en esta temporada en España. Según el consejero andaluz de Medio Ambiente, los investigadores trabajan en la hipótesis de una supuesta negligencia en un establecimiento de carbón.
  • CABO DE GATA: Un cable de alta tensión se lleva por delante 70 hectáreas. La tarde del miércoles se desató un fuego en las inmediaciones de la pedanía del Pozo de los Frailes (San José-Almeria) en el Parque Natural de Vabo de Gata, que ha arrasado alrededor de 70 hectáreas de matorral, especialmente esparto. Es el segundo incendio que se produce en esta zona protegida este verano, y quedó controlado en la madrugada del jueves. El fuego pudo iniciarse por la caída de un cable de alta tensión.
  • SIERRA CALDERONA: 1.200 hectáreas quemadas en dos días por un rayo. El incendio forestal declarado el pasado miércoles en la localidad valenciana de Gátova y que ha terminado afectando a las castellonenses de Segorbe y Altura, en el entorno de la Sierra Calderona, se estabilizó el viernes, tras arrasar unas 1.200 hectáreas. Los efectivos del servicio de emergencias han estado trabajando desde entonces en evitar que se produjera rebrotes en su perímetro . Un rayo pudo ser la causa.

Estado en el que quedaron los terrenos calcinados tras el reciente incendio cerca de Doñana. EFE