No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos». La frase la dijo Schiller, dramaturgo alemán que murió en 1805, aunque su observación no morirá nunca. En la Región de Murcia, numerosas personas abren su hogar para convertirlo en escenario de las vivencias de una gran familia. Familia que no es obligatorio que sea de sangre.

En la Región de Murcia, un total de 835 menores tutelados por la Comunidad son acogidos en familias que cuidan de ellos en un entorno afectivo, según datos proporcionados por la Consejería de Familia, que dirige Violante Tomás.

Asimismo, en esta comunicado hay un total de 29 familias participando activamente en los distintos programas de acogimiento temporal: Familias de Urgencia, Diagnóstico (Familias Canguro), ACOFAMT y Vacaciones en Familia.

Desde el departamento de Tomás detallan que «el acogimiento familiar produce la plena participación del menor en la vida en familia e impone a quien lo recibe las obligaciones de velar por él, tenerlo en su compañía, alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral en un entorno afectivo. En el caso de menor con discapacidad, deberá continuar con los apoyos especializados».

En este sentido, «el acogimiento familiar se formalizará por resolución de la Entidad Pública que tenga la tutela o la guarda, previa valoración de la adecuación de la familia para el acogimiento».

Tal y como dicta la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, el acogimiento familiar podrá tener lugar en la propia familia extensa del menor o en familia ajena, pudiendo en este último caso ser especializado.

Según la vinculación de los menores con las familias acogedoras, los acogimientos familiares pueden ser acogimiento en familia extensa (se lleva a cabo por alguno de los miembros de la familia biológica del menor protegido y es la primera opción a considerar cuando un menor debe ser separado de sus padres, aunque no siempre sea posible o deseable) y acogimiento en familia ajena, que es la alternativa al acogimiento residencial, cuando la propia familia biológica del menor, incluida su familia extensa, no puede o no es conveniente que se haga cargo del menor.

En el Programa de Acogimiento Permanente en Familia Extensa de la Sección de Acogimiento y Adopción tienen entrada los expedientes desde la Unidad de Protección y Tutela (menores cuya alternativa es la salida con familia extensa), Técnico Responsable (menores que se encuentran en Centros de Protección y cuya salida también es con familia extensa) y desde la propia Sección de Acogimiento y Adopción, apunta la Consejería.

Permite que el menor siga permaneciendo en su medio natural donde ha desarrollado sus primeras experiencias y aprendizajes (escuela, amigos€), tratando de evitar el desarraigo social y la desvinculación afectiva de su familia de origen, subrayan las fuentes.

«Las circunstancias que dieron lugar a la asunción de tutela de los menores (maltrato, abuso, desamparo y desestructuración familiar), nos obligan a plantearnos alternativas tales como el acogimiento con familia extensa impidiendo que tenga que salir del ámbito de desarrollo natural», detallan desde este departamento.

Este proceso se inicia con la solicitud de acogimiento permanente por parte del familiar de un menor tutelado por la Entidad pública y acaba cuando el o la menor cumple la mayoría de edad, por restitución de la tutela a los padres biológicos, a instancia de la familia acogedora o del/ la menor acogida, por orientación técnica o por orden judicial.

También hay un programa de Acogimiento Familiar de Urgencia (Familias Canguro), organizado por la Fundación Internacional O´Belén. Desde que se inició el programa, en junio de 2005, han sido atendidos un total de 260 menores a través de esta iniciativa. En 2016 fueron 18 las familias que atendieron a un niño.

Llamamiento de la Comunidad Autónoma

La consejera de Familia de la Región de Murcia, Violante Tomás, explicó que «los acogimientos en familia extensa se dan con los abuelos y los tíos, principalmente y excepcionalmente con hermanos mayores, primos e incluso bisabuelos».

Con la adopción de este sistema, las circunstancias «permiten que el menor siga permaneciendo en su medio natural donde ha desarrollado sus primeras experiencias y aprendizajes (escuela, amigos€), tratando de evitar el desarraigo social y la desvinculación afectiva de su familia de origen».

La consejera destacó la labor de estas familias, «que ofrecen un verdadero hogar a los menores, para que tengan un desarrollo estable y feliz». En este sentido, hizo hincapié en que estos padres no biológicos «proporcionan a los niños la atención y el cariño que necesitan en un paso intermedio, hasta que sea propuesta una alternativa definitiva para estos menores, que en ocasiones retornan con sus familias de origen y en otros casos son propuestos para adopción».

Aunque siempre faltarían manos y siempre habrá niños que, por distintas circunstancias, necesiten un extra de cariño. Violante Tomás hizo un llamamiento a todas aquellas familias que puedan estar interesadas en acoger un menor en su hogar y les invita a informarse sobre los programas de acogimiento familiar de su Consejería.