Cuarenta años ha cumplido esta pasada semana la democracia española. El 15 de junio de 1977 se celebraban, por primera vez desde febrero de 1936, elecciones libres y democráticas, en las que pudieron participar todos los partidos tras la valiente decisión de Adolfo Suárez de legalizar el PCE. Los españoles eligieron a 350 diputados (el mismo número que hoy) para las Cortes Constituyentes, que se ocuparon, en el plazo de poco más de un año, de elaborar una Constitución, la vigente, que se aprobó el 6 de diciembre de 1978.

La Región de Murcia, que entonces no se llamaba como tal, pues todavía no era una comunidad autónoma y seguía siendo una provincia, aportó ocho diputados a las Cortes Constituyentes. Cuatro del partido del presidente Suárez, la Unión de Centro Democrático (UCD), y cuatro del PSOE de Felipe González, que en las primeras elecciones se consolidó como la alternativa de gobierno frente al desplome del PCE, la organización política que había tenido el papel preponderante dentro de la oposición al franquismo.

El 15 de junio de 1977 estaban llamados a las urnas 551.021 murcianos, pues hay que tener en cuenta que la mayoría de edad estaba todavía establecida en los 21 años, en base a la legislación vigente del régimen franquista. Acudió a votar el 81% del censo, superando la participación en tres puntos a la registrada en el conjunto del país. Los electores murcianos pudieron elegir entre 13 candidaturas al Congreso y 17 al Senado. El partido más votado fue UCD, que obtuvo 181.633 apoyos, el 40,7%, seguido del PSOE, que logró 155.871 apoyos, el 34,9%. La Ley D´Hont, que se estrenaba en estos comicios, propició que los dos mayoritarios se repartieran los ocho escaños, cuatro cada uno, lo que supuso que la primera cita electoral se saldó en empate técnico. Muy por debajo de UCD y PSOE, y sin obtener representación en el Congreso, quedaron otras fuerzas políticas como Alianza Popular, liderada por Manuel Fraga (en Murcia, la candidatura la encabezaba Gaspar de la Peña, y en la misma figuraba Carlos León Roch) consiguió 30.167 votos y el PCE, en cuya lista ya figuraba Pedro Marset, un histórico de la izquierda regional, obtuvo la confianza de 29.840 personas. El PSP de Enrique Tierno Galván (en cuya lista iba Luis Casalduero Campoy, padre de la actual diputada del PSOE en la Asamblea Isabel Casalduero) logró 22.627 apoyos. Los nostálgicos de la dictadura constataron que eran minoría entre la sociedad española. Fuerza Nueva, de Blas Piñar, solo fue votada por 2.313 murcianos, un 0,52%.

Así, fueron elegidos diputados, por la UCD, Joaquín Esteban Mompeán (quien cumple 88 años el martes), Jesús Roque Martínez-Pujalte (hermano de Vicente, quien fue hasta hace algo más de un año diputado del Partido Popular por Murcia), Mario Arnaldos y Antonio Pérez Crespo, ambos fallecidos. Por parte del PSOE, fueron a las Cortes Ciriaco de Vicente, José Antonio Bordés Vila (que hasta hace poco tiempo ha sido dirigente del sindicato Comisiones Obreras), Francisco López Baeza y Francisco Vivas Palazón, quien fuera alcalde de Molina de Segura. En el Senado, fueron elegidos, por UCD, Ricardo de la Cierva (luego sería ministro de Cultura), José Martínez Garre, Salvador Ripoll Marín, así como el socialista Antonio López Pina.

El partido de Adolfo Suárez se impuso en la mayoría de municipios, entre ellos las tres principales ciudades: Murcia, Cartagena y Lorca. El PSOE ganó en Águilas, Alcantarilla, Alguazas, Archena, Bullas, Jumilla, Las Torres de Cotillas, Librilla, La Unión, Lorquí, Molina de Segura y Totana. El partido de Tierno Galván, que luego se integró en el PSOE, fue el más votado en Calasparra, que siempre ha tenido tradición izquierdista.

Dos años después, ya con la Constitución en vigor, volvió a haber elecciones. Los partidos ya contaban con más experiencia. Participó menos gente (la abstención subió diez puntos) y el reparto de los ocho escaños fue el mismo, aunque el PSOE dio el vuelco electoral y consiguió más votos que UCD.

La escenificación de la reconciliación nacional

Un mes después de la celebración de las elecciones, el 13 de julio de 1977, se llevó a cabo la sesión de constitución del Congreso de los Diputados, con los parlamentarios que habían sido elegidos en las urnas. La UCD de Adolfo Suárez, quien había sido confirmado por el rey Juan Carlos como presidente del Gobierno (entonces, al no haber Constitución, no estaba regulado todavía el proceso de investidura del jefe del Ejecutivo, cuyo nombramiento correspondía exclusivamente al jefe de Estado), tenía mayoría en la Cámara, aunque no absoluta, con 165 diputados. El PSOE tenía 118 escaños, 16 Alianza Popular y 20 el PCE. Entre los diputados comunistas se encontraban históricos dirigentes republicanos como Dolores Ibarruri, La Pasionaria, que había sido elegida diputada por Asturias. También el poeta Rafael Alberti, de filiación comunista, elegido en la circunscripción de Cádiz. Ambos, recién llegados a España tras décadas en el exilio, dejaron la imagen de la reconciliación española tras la Guerra Civil, cuando subieron a la tribuna del Congreso para la constitución de la mesa de edad que tendría que elegir al presidente de la Cámara.

Las Cortes Constituyentes se dedicaron a elaborar el proyecto de Constitución. Cuando este fue aprobado en referéndum y sancionado por el rey, las Cortes fueron disueltas, el 2 de enero de 1979, cuando se convocaron nuevas elecciones, ya bajo el amparo de la Constitución de 1978. Dolores Ibarruri y Rafael Alberti ya no fueron diputados en la I Legislatura.

Las Cortes surgidas de las primeras elecciones de 1977 tuvieron tiempo de aprobar la Ley de Aministía, el 15 de octubre de 1977 (fecha a la que corresponde la imagen superior, en la que se observa a Adolfo Suárez y al teniente general Gutiérrez Mellado aplaudiendo), que venía a sellar la reconciliación nacional. Con el paso de los años, esta normativa, y la transición en general, ha sido cuestionada, por considerar que dejaba impunes los crímenes del franquismo.