El Teatro Victoria de Blanca es un auditorio pequeño emplazado en el centro del pueblo que ayer, por razones obvias, quedó prácticamente blindado. Tanto en la plaza misma donde está como en las calles aledañas, el despliegue de seguridad (principalmente guardias civiles) era patente. Además, el helicóptero no dejaba de planear sobre la pequeña localidad de la Vega Alta del Segura que, por primera vez en su historia, era escenario de un acto institucional del Día de la Región.

Un día brillante, de sol y celebración, en el que se dieron cita las autoridades, civiles y militares, de esta comunidad. De los primeros en llegar era el delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís. «Felicidades», se podía leer en los carteles colocados en la puerta del teatro con motivo del acto. Más «personas importantes», como decían unas vecinas de Blanca que miraban la llegada de las autoridades a la plaza.

Autoridades como la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver; el presidente del TSJ de Murcia, Miguel Pasqual del Riquelme; el fiscal superior, José Luis Díaz Manzanera; el coronel jefe de la V Zona de la Guardia Civil, Jesús Arribas; el presidente del Consejo Jurídico, Antonio Gómez Fayrén; el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y el rector de la Universidad de Murcia, Jose Orihuela, entre otros.

Por supuesto, también asistieron los consejeros del Ejecutivo autonómico en pleno, y diputados nacionales como los populares Teodoro García Egea y Francisco Bernabé y los socialistas Pedro Saura y María González Veracruz.

La gala propiamente dicha empezó con flamenco. Guitarra y cajón de banda sonora mientras que en la pantalla del Teatro Victoria iban apareciendo, por orden alfabético, todos y cada uno de los 45 municipios de la Región, sus paisajes y sus bondades. El espectáculo, a cargo de Carlos Piñana (guitarra), Miguel Ángel Orengo (percusión) y la Sinfónica de la Región. Las piezas que interpretaron, dos de la obra El cuidado de una esencia.

El suelo del escenario, de color azul cielo, igual que la alfombra de la puerta por la que fueron desfilando los invitados.

Después del flamenco, el himno nacional. Todos en pie para escucharlo y un espontáneo «viva España» de colofón, por parte de uno de los asistentes.

Hubo ausencias. Los únicos expresidentes de la Región que asistieron al acto fueron la socialista María Antonia Martínez y el antaño popular Alberto Garre. Ya se dio de baja del PP. Las malas lenguas decían ayer que el político había llegado tarde al acto a propósito, para evitar momentos incómodos con excompañeros de partido en la puerta. Las buenas lenguas, no obstante, explicaron que se había retrasado porque no tenía dónde aparcar.

No aparecieron ni Ramón Luis Valcárcel ni el imputado (y con un pie en el banquillo, por la Púnica) Pedro Antonio Sánchez. Este escribía un escueto mensaje en Twitter: «Felicidades a las Medallas de Oro y diploma de la Región: generosos, solidarios, comprometidos, creativos, emprendedores... Un gran ejemplo». Tampoco fue al acto Carlos Collado.

Otra faltacomentada fue la del blanqueño más universal, el pintor Pedro Cano, ausente, por motivos profesionales. No obstante, estuvo representado por su hermano, Jesús Cano. Y luego estaba la ausencia anunciada y simbolizada en una silla vacía: la del alcalde de Cartagena, José López.

Tras la música y los discursos de la alcaldesa de Blanca, Esther Hortelano, y de la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver, llegó la entrega de las Medallas de Oro.

Raimundo González Frutos y la viuda de José Manuel Claver fueron de los más aplaudidos sobre el escenario, cuando subieron a recoger su trofeo. Recibieron la distinción de manos del presidente, Fernando López Miras, y recibieron seguidamente el aplauso del respetable.

Se llevaron reconocimiento dos facultades: la de Letras y la de Filosofía. Asimismo, se premia la labor del Programa de Donación de Transplante de Órganos y Tejidos de la Región y de la Plataforma del Tercer Sector. Un galardón fue a repartir entre dos: el de los Muher, pareja de artistas. Y hubo, además de las Medallas de Oro, un diploma de Servicios Distinguidos: a Astus, asociación tutelar de la persona con discapacidad.

La deportista Laura Gil (medallista olímpica en Río) tampoco pudo asistir al acto. Recogió su medalla su padre, Antonio Gil. Y Eduardo Torres recogió, a su vez, el premio dado a su padre, el empresario Manuel Torres, ausente por una dolencia física. No es grave, aseguró el hijo del fundador del grupo MTorres. Fue precisamente Eduardo Torres el que habló al auditorio en nombre de todos los galardonados.

Dijo que todos han destacado «a través del esfuerzo, el trabajo, la creatividad y la motivación de trabajar para los que más lo necesitan», aunque aseguró, humildemente, que su buen hacer no ha sido con la ambición de llevarse un premio. «Nuestro desempeño no cejará en esfuerzos para seguir la línea que nos ha traído hasta aquí», insistió Torres, al tiempo que dio en reiteradas ocasiones las gracias. Habló de tomarse la vida «con mucha pasión, que es como se consiguen las cosas». Como hizo su padre, remarcó.

Una curiosidad: cuando cada premiado recibía su trofeo, sonaba la música de E.T., el extraterrestre, la película de Steven Spielberg. Teo García Egea se hacía eco de esta circunstancia en su cuenta de Twitter: «De un momento a otro en los premios veremos entrar a Elliott. Buena elección con la música del acto», escribía el político, junto a una de las imágenes más famosas de la cinta: la de las bicicletas voladoras.

Una vez acabado el acto, salieron conversando del teatro el alcalde de Murcia, José Ballesta, y el portavoz del PSOE en la Asamblea, Rafael González Tovar. Un hombre que era reconocido por una de las vecinas que miraban en el acto en la plaza como el médico que años atrás la atendía a ella.