Ni directoras generales ni ministras. Los regantes de la Región de Murcia, Alicante y Almería apelan directamente al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a los portavoces del Congreso de los Diputados para que trabajen desde este momento en la aprobación de un nuevo trasvase que redote de recursos a la cabecera del Tajo y permita paliar la falta de agua estructural que padece la cuenca del Segura. Ellos proponen que ese agua llegue desde el Duero y el Tajo Medio.

«Es la única solución, que puede conseguirse a medio plazo, para solucionar el déficit de esta cuenca», comentó el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, tras la reunión mantenida ayer en Murcia de los integrantes de los tres 'Circulos del Agua', de las tres provincias afectadas por la falta de recursos.

Los agricultores van a solicitar la entrevista con Rajoy y con los portavoces parlamentarios con carácter inmediato. «Son quienes pueden darnos las soluciones que necesitamos», apuntó Jiménez, recordando que en el caso del PP estaba en su programa electoral.

Las demás herramientas propuestas para salvar la actual sequía, como la desalación, sólo ofrece «desolación», en opinión de los regantes, teniendo en cuenta que «llevamos más de un año» esperando que se pongan en marcha las infraestructuras necesarias en las plantas desaladoras de Torrevieja y Valdelentisco, para duplicar la cantidad de recursos disponibles. Y en cuanto a las cesiones de derecho de agua entre regantes, dicen, cada vez se lo ponen más difícil. «Y en esta ocasión estamos hablando sólo de 8 ridículos hectómetros cúbicos, que en nada perjudican al Tajo», subrayó el presidente del Scrats, recordando que está recogido en el Memorándum del Tajo para casos excepcionales como el actual.

No autorizarlo «sería una traición de un Gobierno que no es novel y que participó activamente en las negociaciones del Memorándum». Aunque insistió Jiménez que el agua desalada y las cesiones no son más que «palicos y cañicas» con los que intentar solucionar el problema. «Necesitamos trasvases». De hecho, dijo, la demanda de agua es de 100 hm3 hasta finales de septiembre, y «con lo que nos ofrece el Ministerio nos quedamos cortos en 30».

Sin descartar movilizaciones, pero prefiriendo antes agotar todas las vías de la negociación, los agricultores del sureste español quieren también implicar a toda la sociedad levantina para que les apoye, pues ellos también van a sufrir las consecuencias si «este tinglado» productivo «al que nos han obligado a llegar» se derrumba. Jiménez se refirió a los miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, que se van a perder.

«De las pasadas movilizaciones hemos aprendido que algo hemos hecho mal, pues nuestra situación ha empeorado».