Dentro del calendario tienen cabida un amplio número de tradiciones. Algunas se repiten con una frecuencia que impide valorar en su justa medida la relevancia que revisten. Otras, sin embargo, ocupan un escalón superior gracias a su periodicidad. Dentro de este segundo grupo figura, por ejemplo, la conmemoración del aniversario del Estatuto de Autonomía, que en el caso de la Comunidad de Murcia se celebra cada 9 de junio.

Tal y como ha sucedido desde ese mismo día, pero en el año 1982, el recordatorio de esta efeméride sirve para que los habitantes murcianos muestren el orgullo de pertenecer a la tierra que les vio nacer. Un sentimiento de identificación que hoy, una vez más, se multiplicará como por arte de magia con motivo de la celebración del Día de la Región de Murcia.

Se trata de una festividad cuya importancia resulta incuestionable y que, a tenor de los precedentes acaecidos en los 34 años anteriores, merece la pena disfrutar a lo grande por muchos motivos. Uno de ellos es su carácter histórico, del que se desprende la relevancia de esta tradición. Lo que sucedió tal día como hoy hace treinta y cinco años no solo fue un paso al frente, sino que convirtió en realidad el derecho al autogobierno en el pleno respeto a los derechos fundamentales y las libertades públicas.

Aquel marco legal perdura en el tiempo bajo la mirada de una población que ha visto a su región crecer como institución, avanzando a un ritmo vertiginoso y que hoy, como mandan los cánones, aprovechará para presumir de un marcado sentido de pertenencia a su comunidad autónoma, que lucirá sus mejores galas para recordar a todos que tiene un sello propio desde que el 9 de junio de 1982 se aprobara en las Cortes Generales el Estatuto de Autonomía. Aquella fecha fue solo el principio de una etapa que, como indica el artículo 146 de la Constitución Española, se definía como «la expresión de la identidad» de la Región, amparada por la Ley Orgánica 4/1982, que se encargó de proclamar como valores superiores de la vida colectiva la libertad, la justicia y la igualdad, y manifestó una voluntad de progresar y asegurar una digna calidad de vida para sus habitantes. Antes había llegado el turno de los ayuntamientos de Blanca, Cehegín, Campos del Río, Mula, Abarán, Albudeite, Aledo, Beniel, Caravaca, Ojós, Pliego, Puerto Lumbreras, San Javier, San Pedro del Pinatar, Torre Pacheco, Ulea y Villanueva del Río Segura. Todos ellos votaron a favor de la autonomía en una acción que fue la antesala del visto bueno al borrador del Estatuto por parte de la Comisión Constitucional del Congreso y la aprobación final del texto completo el 25 de mayo de 1982.

La publicación del régimen de autogobierno en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se llevó a cabo precisamente el mismo día en el que hoy, treinta y cinco años después, brota con fuerza una vez más el orgullo de una población que se siente privilegiada bajo una misma bandera.

Hoy, la Región se paraliza de nuevo para convertirse en la principal protagonista de una jornada festiva que tendrá como punto álgido el acto más institucional, que este año se celebra en el municipio de Blanca. Allí, la Comunidad Autónoma concederá un año más las Medallas de Oro y el Diploma de Servicios Distinguidos a diferentes personalidades e instituciones que pertenecen a diferentes áreas, cuyo trabajo ha adquirido una importancia mayúscula.