Miles de alumnos murcianos se enfrentan a partir del lunes a sus pruebas de selectividad para entrar en la carrera que desean estudiar. Son días de nervios, jornadas maratonianas de estudio, litros de café y mucha falta de sueño que en ocasiones no se verán recompensadas. Para aumentar tus posibilidades, aquí van cinco consejos de cara a una de las pruebas más importantes en la vida del estudiante.

Organiza tu tiempo de estudio

Durante los días de los exámenes vas a tener que utilizar el tiempo para descansar y dar algún repaso, por lo que la preparación previa va a ser clave. Reparte el tiempo entre las asignaturas según necesites estudiar más o menos una materia y ve estudiándolas de forma cíclica. De esta manera, no dejarás asignaturas aisladas durante demasiados días y tendrás los conocimientos siempre frescos en tu cerebro.

La organización también es importante para evitar los nervios. Seguir un plan marcado a la hora de estudiar, si se hace de forma adecuada, debe ser suficiente para superar la selectividad sin problemas. Como consecuencia de esto no sufriremos agobios de última hora porque cierta parte del temario no la hayamos estudiado de forma adecuada. Los repasos previos a un examen no son buenos aliados y solo servirán para aumentar nuestros nervios.

No hagas caso de la rumorología

"En filosofía siempre cae Platón" o "¿transición? En historia nunca suelen poner eso". Raro es el alumno que preparando la selectividad no tiene que escuchar estos rumores. Es cierto que en los exámenes de otros años pueden seguirse ciertos patrones pero eso nunca nos asegura que se vayan a seguir para nuestro examen. Lo que importa no son los años anteriores, lo que importa es lo que te caiga a ti y, cuando lo que te juegas es tu futuro, no debes arriesgar con este tipo de cosas.

Eliminar esta clase de temario no hace más que aumentar el riesgo a la hora de examinarnos, sin que el tiempo que deberíamos invertir fuese tan numeroso. El trabajo del estudiante debe ser el de minimizar esos riesgos para que, aunque no sea con las mayores garantías, lleve dominado todo el temario. Solo así se evitarán nervios de última hora a la espera de ver si caerá o no lo que uno se ha preparado. Para jugar al azar ya ha estado el instituto.

Fuera nervios

En selectividad no te van a poner nada que no hayas superado durante tu etapa en el instituto. De hecho es que, de no ser así, tú no podrías ahora mismo presentarte al examen. Muchas veces el estudiante comete el error de agobiarse algo más de la cuenta o de pensar que en los exámenes van a ir a pillarle. En selectividad no ocurre eso. Los temas están definidos desde hace tiempo y los que te corrigen intentan siempre ponerse de lado del estudiante. Además, siempre te queda la opción de ir a revisión si no estás contento con tu nota, por lo que alternativas tienes de sobra.

Los nervios previos al examen pueden entenderse por lo que está en juego pero tampoco debes olvidar que buena parte de tu nota de corte ya está determinada por tu calificación obtenida en el bachillerato. Debes enfocar la selectividad más como una forma de mejorar tus notas o adornar tu expediente, y no como un obstáculo en tu formación. Las materias que más domines inflarán tu nota y las que más te cuesten puede que sea la última vez que tengas que examinarte de ellas. No en vano, a partir de ahora tu formación la elegirás tú.

Estudia escribiendo

Escribir los diferentes temas es una forma perfecta de estudiar. No solo ayuda a memorizar ciertos fragmentos de texto, sino que también es beneficiosa a la hora de expresarse en el examen. Comienza creando esquemas con las ideas principales que quieres plasmar en un texto y luego procede a su desarrollo de forma ordenada. A la hora de realizar el examen y de su posterior corrección, que los fragmentos clave estén ordenados creará una sensación más positiva. Pese a que sea un tema del que no conozcas demasiado (ya sea por falta de estudio o por nervios), el hecho de que la narración tenga sentido y esté ordenada siempre ayudará a obtener una mejor nota.

Otro aspecto que refuerza el estudiar escribiendo es controlar el tiempo. Cuando estés dentro del examen tendrás que ceñirte a un tiempo determinado para realizarlo y, el haberlo practicado antes, será una ayuda a la hora de organizarte. Omitir detalles superfluos, saber en qué temas necesitas escribir más y no acelerarte en su desarrollo serán consecuencia directa de haber utilizado este método de estudio. Además, de esta forma evitarás ser demasiado literal con lo estudiado en los libros y no te quedarás en blanco por no recordar algo de memoria.

Introduce pausas y ocio en tu preparación

La prueba de acceso a la universidad se desarrolla en tan solo tres días pero la preparación de estos exámenes puede alargarse mucho más en el tiempo. Dedicarse tan solo a estudiar puede ser una pesadilla para cualquiera que se encuentre en esta situación y puede ser contraproducente para dicha preparación. Al menos cada dos horas debes realizar pausas para que el cerebro no se colapse y, ocuparse en otras materias, ayuda sin duda a desconectar.

El ocio o la actividad física también deben ser actividades fundamentales. Durante las épocas de estudio se tiende a pasar demasiado tiempo en casa y salir con los amigos o a correr ayuda a despejarse. Si realizas cualquiera de estas actividades intenta que la conversación no se dirija hacia los estudios y la inminente selectividad. Aprovecha tu tiempo y también el de tus acompañantes para desconectar del día a día de estudio.

Seguir estas directrices no te asegura un aprobado, pero, poniendo un poco de tu parte y con esfuerzo, seguro que podrás obtener buenos resultados. Recuerda no agobiarte, mantén la calma y confía en tus posibilidades.