La falta de agua procedente del Trasvase Tajo-Segura comienza a causar estragos en los cultivos de regadíos de la Vega Alta, el Noroeste y el Campo de Cartagena. En concreto, en las plantaciones de fruta de hueso de Cieza y Calasparra la falta de al menos dos riegos en el último mes ha provocado que las piezas no alcancen el calibre suficiente para competir con garantías en Europa, por lo que muchos agricultores están optando por dejar caer la fruta al suelo.

En la comarca cartagenera, los agricultores ya han comprobado cómo la siembra de patata se ha echado a perder porque no ha crecido lo suficiente para valer algo en el mercado; al igual que las plantaciones de melón, fruta a la que le falta calibre.

La situación está derivando en unos campos que estos días aparecen con una gran alfombra de nectarinas, paraguayos, albaricoques o melocotones que se han criado sin agua suficiente y que no han crecido con el tamaño adecuado. Andrés Marín, de la organización agraria Coag en Cieza, es uno de los cosecheros afectados, y no duda en señalar que se trata de una situación a la que se ha llegado ante la negativa de abrir los pozos de sequía del Sinclinal, que Marín recuerda que comienza en Calasparra, se extiende por todo el subsuelo de Cieza y concluye en Jumilla.

«Trabajar durante todo un año para que, finalmente, tu fruta acabe en el suelo es deprimente, y sobre todo si sabes que esto tiene una solución que no hay que buscarla fuera, sino que de manera puntual y en ocasiones excepcionales la tenemos aquí, con una infraestructura montada y tan sencilla como poner en marcha un motor y abrir un grifo», destaca, en referencia a la apertura de los pozos del acuífero calasparreño.

Mientras tanto, los regantes afectados, que tienen sus cultivos en una extensión de casi 5.000 hectáreas en Cieza y Calasparra, no dudan en señalar a «alguien» que por motivos políticos «está provocando esta ruina», y lamentan que el Gobierno regional «no coja el toro por los cuernos, desenmascare a los culpables y se ponga junto al sector que constituye la primera fuente de ingresos de nuestra economía».

Desde el campo cartagenero, Vicente Carrión, de Coag, lamenta que el Ministerio de Agricultura «nos está tomando el pelo» y advierte: «Esto va a reventar».

Carrión indica que las nuevas plantaciones hortícolas, de cara al invierno, están restringidas y que ningún agricultor se atreve a planificar la siguiente campaña. «Todo el agua que puedan obtener la van a destinar a no perder el arbolado, pero no es suficiente para mantener el fruto», subraya.