La Federación de Empresario del Metal (Fremm), que es una de las organizaciones con más cursos del programa de Garantía Juvenil asignados, tuvo que poner a los técnicos a llamar por teléfono uno a uno a los jóvenes que ni estudian ni trabajan con el fin de reclutar a los alumnos dispuestos a pasar por las aulas y los talleres de su centro de formación. El secretario general de la patronal del Metal, Andrés Sánchez, explicó que el personal de la organización tuvo que desplazarse durante varios días a las dependencias del SEF para realizar el trabajo de captación, dado que los listados de los jóvenes inscritos no podían salir de la sede del Servicio de Empleo y Formación.

Andrés Sánchez reconoció también «el esfuerzo» que ha realizado el SEF para facilitar el contacto con los ´ninis´ inscritos.

El departamento que dirige Alejandro Zamora realizó convocatorias masivas por WhatsApp y por SMS para contactar con los miles de jóvenes que se habían inscrito en el programa de Garantía Juvenil y habían dejado un teléfono de contacto, pero el resultado no fue el esperado.

Según explicó Andrés Sánchez, a los encuentros programados para darles a conocer el abanico de cursos a los que podrían optar se presentaban unos pocos aspirantes. Algunos de ellos llegaban acompañados por sus madres, que mostraban casi siempre más interés que los propios ninis y eran ellas muchas veces las que los acababan apuntando.

Finalmente, la Fremm ha conseguido impartir la mayor parte de los cursos que había programado para el primer semestre del año. A pesar de las dificultades para completar las aulas y los talleres, el secretario general indicó que únicamente han llegado a anularse nueve de los 52 cursos que había previsto impartir.

«Cuando han venido a ver los talleres, se han ilusionado. Después, han podido comprobar que los cursos son eminentemente prácticos», explicó.

Para él, haber conseguido cumplir casi el 85% del programa resulta un éxito. A su juicio, lograr que los jóvenes que ni estudian ni trabajan vuelvan a implicarse en la formación «es un problema social», porque si no consiguen aprender una profesión será difícil que los ninis abandonen sus hábitos de vida y asuman la necesidad de encontrar trabajo para disponer de unos ingresos propios y lograr su autonomía personal a la que todo el mundo aspira antes o después.