El doctor Jordi Pérez, director del Cancer Pain Program y profesor de Anestesiología de la Universidad de McGill de Montreal (Canadá), ha defendido durante su ponencia en el XIV Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED) que se celebra en Murcia, el potencial terapéutico de los derivados del cannabis para ayudar a controlar ciertos síntomas en pacientes con enfermedades crónicas. «Los estudios disponibles demuestran su eficacia analgésica principalmente en cuadros de dolor crónico como el neuropático o el oncológico, proporcionando beneficios moderados para espasticidad, insomnio, fatiga, ansiedad y náuseas», dijo ayer el experto.

Para este especialista, el médico prescriptor de cannabis medicinal se enfrenta a retos terapéuticos importantes debido a los opioides que deben ser «monitorizados de forma juiciosa para proporcionar alivio del dolor y mejoría en la calidad de vida, previniendo o tratando de forma temprana los efectos secundarios y las conductas aberrantes».

La investigación clínica, la monitorización y la personalización del tratamiento son claves, en palabras del doctor Pérez, para identificar el mejor candidato y el mejor producto medicinal. «No hay una sola solución farmacológica para aliviar el dolor crónico, por lo que el prescriptor hará bien en aprender de las lecciones que los opioides nos han enseñado».

En esta misma línea se manifestó la presidenta del Área de Ciencias Básicas del Comité Científico del XIV Congreso de la SED, María Isabel Martín, quien defendió la introducción de esta sustancia como mecanismo de segunda línea en el Sistema Nacional de Salud y su normalización para evitar que se consuma sin control médico. «Se trata de disponer de una opción más, no sustituye a los opioides, ya que estos cubren un campo muy amplio de actuación. Sin embargo, si se combinan pueden mejorar el resultado final», subrayó.

Según el doctor Pérez, los pacientes que responden de forma efectiva al cannabis médico muestran una tendencia a disminuir el consumo de otros fármacos analgésicos como opioides, antidepresivos y antiiflamatorios y menos posibilidad de desarrollar dependencia y adicción.