El juzgado de Lo Penal Número 1 de Orihuela ha condenado a ocho años de prisión al que fuera seleccionador de la Federación Murciana de Taekwondo por cuatro delitos de abuso sexual a menores. Los hechos ocurrieron cuando las jóvenes tenían entre 12 y 15 años, durante competiciones deportivas organizadas en Pilar de la Horadada y Alfaz del Pí, entre otros lugares. Lo hacía por la noche, colándose en las habitaciones de las víctimas. Antes de marcharse les advertía que debían negar que él hubiera estado allí.

Los cuatro delitos de abusos sexuales se cometieron mientras el condenado, Manuel Rodríguez Vázquez, se prevalía de su condición de seleccionador de la Federación Murciana de Taekwondo, un cargo que ocupó desde 2006 hasta 2012, con la consiguiente relación de subordinación hacia él que tenían las deportistas. Él mismo solía acompañar a los jóvenes a las diferentes competiciones que tenían lugar en el territorio nacional, muchos de ellos menores de edad. Además, disponía de llaves de acceso a las habitaciones de los lugares en los que se alojaban. «Con el fin de satisfacer sus deseos sexuales, en varias ocasiones se introdujo en las habitaciones en las que pernoctaban las menores, se metió en la cama en la que dormían y realizó tocamientos y frotamientos con sus manos, sus piernas y sus genitales sobre el cuerpo de las menores», según recoge la citada sentencia. Abusaba de víctimas siendo consciente de que sabían que su carrera deportiva dependía en gran medida de él porque era quien las seleccionaba para entrar en las competiciones.

Tras los relatos de las víctimas, el juez consideró «absolutamente inverosímil pensar que tantas menores pudieran haberse puesto de acuerdo para faltar a la verdad con el propósito de perjudicar al seleccionador, y se hubieran concertado para ello, con la avenencia de sus progenitores, manteniendo sus declaraciones incriminatorias» durante los cinco años que ha durado el proceso. Es más, el juez considera que los relatos de las víctimas fueron de extraordinaria credibilidad por la cantidad de detalles ofrecidos. Mientras tanto, durante el juicio el entonces acusado se acogió a su derecho a no declarar, aunque al hacer uso de su derecho a última palabra negó los hechos. «Negativa que, sin embargo, está en abierta contradicción con las pruebas practicadas», prosiguió el magistrado. Las víctimas sostienen que en una ocasión llegó a meterse hasta en tres camas sucesivamente en la misma noche. Al marcharse les decía que lo ocurrido «había sido un sueño».