Mostrar la gran variabilidad de plantas de tomate de la Región de Murcia, y potenciar su conservación y evaluación para su uso por parte de los agricultores, investigadores, mejoradores de variedades y consumidores. Ese es el objetivo de la exposición que acogerá el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), el 2 de junio y en la que se exhibirán las muestras conservadas en el Banco de Germoplasma de este organismo.

El director general de Innovación, Producciones y Mercados Agroalimentarios, Fulgencio Pérez, presentó ayer la muestra en la finca experimental de Torre Blanca, en Torre Pacheco, e indicó que esta iniciativa forma parte del proyecto ´Caracterización de los recursos fitogenéticos del Banco de Germoplasma del IMIDA´, que cofinancia en un 80 por ciento el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

Fulgencio Pérez destacó que las 200 variedades tradicionales de tomate que se van a mostrar «son una valiosa herencia de nuestros antepasados y han ido desapareciendo como consecuencia de la introducción de las nuevas variedades híbridas».

El Banco de Germoplasma del IMIDA se creó en 2013 con la finalidad de unificar criterios y dar a conocer los recursos conservados. En la actualidad está formado por cinco colecciones: moreras, cítricos, especies silvestres, frutales y hortícolas, explican fuentes de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca.

Las variedades tradicionales «son únicas, realizadas y perfeccionadas por los agricultores de cada comarca a lo largo de años de selección y adaptación a distintas condiciones edafo-climáticas y gustos locales, por lo que se consideran parte integrante de la cultura de cada pueblo», añaden las mismas fuentes. La diversidad de las variedades tradicionales les otorga una gran capacidad de adaptación a posibles cambios ambientales y climáticos futuros. Además, el principal criterio de selección de los agricultores ha sido sus características organolépticas, con materiales de gran calidad.

Seña de identidad

El cultivo del tomate constituye una de las señas de identidad de la agricultura de la Región de Murcia, tanto por su importancia económica, como por ser un ingrediente esencial de la dieta mediterránea. Dados los múltiples usos a los que se destina (fresco, en conserva, frito, en salsas), existe una gran cantidad de variedades que difieren en color, forma, tamaño y sabor, lo que explica su gran variabilidad genética.