El periodista imparte hoy, a partir de las 9.30 horas, en el Aula 10, del Pabellón 8 de la UCAM, un taller para informadores y estudiantes, que organiza el Departamento de Ciencias de la Comunicación y el Colegio de Periodistas de la Región, bajo el título 'Claves de Google para el periodismo'.

Millán Berzosa lleva dos años en Google News Lab y en este tiempo ha trabajado directamente con más de 6.000 profesionales del mundo de la información en nuestro país y en Portugal. Su máximo objetivo es que estos profesionales consigan hacer mejores informaciones aplicando las tecnologías a su alcance «y sacarles el máximo rendimiento». Acaba, además, de publicar el libro 'Youtubers y otras especies', con Planeta y Fundación Telefónica.

¿Qué herramientas nos ofrece Google para que no se nos cuelen noticias falsas?

El buscador nos puede permitir que en lugar de que nosotros busquemos cosas, él nos las encuentre. Es decir, nos puede rastrear sitios web, verificar las 'fake news' y las fotos; cómo grabar vídeos en 360º; y nos puede decir qué temas o personas son los más buscados y con qué intensidad desde 2004 hasta ahora por zonas o regiones. Por ejemplo, ahora que llega Eurovisión, yo he comprobado que en Portugal interesa más el tema que en España. Es decir, que tenemos de manera sencilla acceso a ingentes cantidades de datos que nos pueden servir para realizar nuestro trabajo. Y estas herramientas, estas aplicaciones, las pueden utilizar cualquier ciudadano.

¿Pero no podemos terminar siendo rehenes de esos datos?

Los cierto es que uno de los retos en las redacciones es que no se caiga en la dictadura de los números. Los medios de comunicación no son fábricas de salchichas sino una industria diferente, y tal vez no para hacerse millonario. Pero para el intelecto y para una sociedad su papel es clave. Y las historias que escribes son las que definen qué medio eres. Por eso es muy importante no dejarse arrastrar por la cantidad de 'clics', sino aprender de los números.

Algo que preocupa mucho es el que no se te cuelen noticias que puedan rozar la ilegalidad o no ser ciertas. ¿Hay algún tipo de filtro para evitarlo?

El papel de Google es redistribuir lo que hay. Y existe ese riesgo de que se distribuyan noticias que no son ciertas, y para esto hay mecanismos de denuncia e incluso de reclamar que no salga su nombre por lo que sea. Pero en la parte que me atañe a mí, que es la verificación, lo importante es poner el foco en los periodistas pues en la red es difícil poner 'puertas'. Por eso lo importante es que los medios de comunicación tengan un listón alto de calidad y de verificar las cosas. Y en lo posible intentar que los lectores den importancia a la fuente, que los medios logren esa credibilidad. Pero muchos medios siguen con el pie cambiado y se les olvida que su producto es la información y no las promociones de sartenes, por ejemplo.

¿Qué nos vamos a encontrar en su libro 'Youtubers y otras especies'?

En el libro hago un balance de los once años de vida de YouTube; incluye diez entrevistas con youtubers relevantes, y cierra con una entrevista a Tinet Rubira, creador de formatos como Operación Triunfo o Tu cara no me suena todavía, para dar un contrapunto de la industria más convencional con la más moderna. También recoge decenas de puntos de vista de youtubers, que cuentan sus experiencias. He intentando comprender el éxito, y he encontrado mucho talento y diversidad. Aunque es cierto que algunos se creen que lo saben todo; a más de uno habría que bajarles del podium hacia la realidad, hacia una perspectiva más global.

¿Hay en ese mundo estereotipos de género?

Yo esperaba encontrarme más apertura dentro de la comunidad youtuber, pero me he encontrado que en el fondo son un reflejo de la sociedad y sí hay machismo. Yo he observado que hay un tratamiento diferente hacia los chicos que hacia las chicas.

¿Algo más que destacar?

A mí me hacía ilusión contar la importancia del idioma español, que hablan más de 250 millones de personas en el mundo y trasciende España. Y nuestros youtubers están logrando cosas que ya querrían conseguir los de Francia o Alemania. Por ejemplo, el Tweet más importante del año pasado, con más retweets o favoritos, no fue de Donald Trump o de Hillary Clinton, sino del Rubius. Aquí no nos terminamos de abrir con las gigantescas oportunidades que el idioma nos ofrece.