La portavoz del Gobierno regional, Noelia Arroyo, ha lamentado que la Asociación De Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) que otorga las banderas azules a las playas españolas tomó las muestras en 2016, cuando el Mar Menor estaba en su situación "más crítica" y la turbidez del agua era cinco puntos superior a la que se registra actualmente.

Arroyo ha hecho estas declaraciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno y al ser preguntada por el hecho de que las playas del Mar Menor han perdido todas las banderas azules que lucían el año pasado.

En este sentido, la portavoz del Gobierno regional considera "curiosa y paradójica" esta pérdida porque las banderas azules ondearon en esas playas en 2016, cuando el agua del Mar Menor tenía una peor calidad y era más turbia. "Curiosamente, quitan las banderas ahora, cuando la calidad de las aguas ha mejorado bastante en cuanto a los niveles de oxígeno, de turbidez y de clorofila", ha señalado.

Arroyo lo ha atribuido al procedimiento de la agencia evaluadora, que tomó las muestras de la calidad de las aguas --uno de los cuatro parámetros que evalúa-- en julio de 2016, momento en el que la turbidez en el agua del Mar Menor era del 6,6 por ciento, cuando a día de hoy es de un 1,54 por ciento.

El Gobierno regional recuerda que los controles de temperatura, turbidez, clorofila y salinidad en el Mar Menor comenzaron a hacerse en agosto del año pasado. Forman parte de los estudios para un mayor control y seguimiento científico de la laguna salada.

Para poder hacer una interpretación sencilla -no científica-, puntualiza que el agua es más transparente cuando los niveles de turbidez y clorofila son más bajos. En concreto, la bajada de la clorofila contribuye a disminuir la turbidez y esta reducción de la turbidez indica menos sedimento en la columna de agua, lo que se completa con un menor fitoplancton y aumenta la transparencia del agua.

La turbidez del agua en agosto de 2016 era de 6.64, mientras que en mayo de 2017 es de 1,57; la clorofila ha pasado 14,40, a 3,86 en el mismo periodo.

La portavoz del Gobierno regional ha recordado que el año pasado, las playas del Mar Menor lucieron las banderas azules, y este año las han quitado a pesar de haber reducido cinco puntos la turbidez del agua, algo que atribuye a "la inercia" del procedimiento de evaluación.

"Como los cocineros con Estrella Michelin"

Frente a ello, ha explicado que el Gobierno regional va a trabajar como lo hacen "los cocineros con estrellas michelin", que se ponen manos a la obra "desde el primer momento en el que le quitan una estrella" con el fin de recuperarla.

En concreto, ha señalado que el Gobierno regional va a trabajar con los alcaldes, con campañas de promoción turística y con el Comité de Asesoramiento de expertos para que se incrementen las medidas, que han sido más de 40 durante este año.

Además, Arroyo considera "curioso" que el examen realizado por la agencia evaluadora "no incluía hasta 2016 el parámetro de turbidez y de calidad del agua", adoptándose como novedad el año pasado. Si no se superaba ese parámetro, las playas ya no podían sumar la puntuación relacionada con los parámetros de infraestructuras, servicios y entorno.

"En el momento en el que la turbidez no superaba el examen, la playa directamente no pasaba la evaluación", ha lamentado Arroyo, quien recuerda que el Mar Menor alcanzó su momento "más crítico" en 2016, cuando la turbidez de las aguas alcanzó el 6,54 por ciento.

En ese momento, recuerda que el entonces presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, dijo que "empezábamos a trabajar para que esa situación no se volviera a repetir y esa situación no se puede volver a repetir, y por eso seguiremos trabajando", ha aseverado.

Al ser preguntada por las medidas a ejecutar para que no influya al turismo, Arroyo ha señalado que el Gobierno regional tendrá que "explicarlo en todos los medios de comunicación" y tendrá que intensificar las campañas de promoción turística. El objetivo, añade, es "explicar por qué ese examen y esa evaluación realizada en 2016 repercute en una situación que no es la foto fija de cómo están las playas del Mar Menor en 2017".

"Habrá que hacer un gran trabajo de 'gota a gota' y de comunicación para poder explicarlo", según Arroyo, quien insiste en que el año pasado, cuando cualquier vecino iba a bañarse a esas playas, veía las banderas pero sus quejas iban en aumento porque la situación del agua no era la deseable. "Este año, al menos, estamos trabajando para que, cuando el vecino vaya a la playa, vea que su situación ha mejorado", ha concluido.