La construcción del Corredor Mediterráneo reduciría la duración del viaje en tren a la mitad en algunos trayectos del eje que conectará Algeciras con la frontera francesa, mientras que hará que la demanda entre Cataluña y Murcia sea tres veces y media mayor, según las estimaciones de Adif para 2020. En el estudio que contemplaba las previsiones de crecimiento de los servicios ferroviarios para dentro de tres años se indicaba que el número de usuarios entre Murcia y la Comunidad Valencia será cuatro veces y media mayor. Sin embargo, la conexión ferroviaria entre Murcia y Almería no estará acabada hasta 2023, según anunció el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.

De la Serna, que dio a conocer el nuevo calendario del Corredor Mediterráneo en Almería, calcula que las obras entre la Región y Andalucía se reanudarán en 2019 y acabarán en 2023. La línea ferroviaria entre Murcia y Almería destinada al tráfico de pasajeros y de mercancías supondrá una inversión de 1.770 millones de euros repartidos entre los nueve tramos del trazado: los accesos a Almería, Almería-Níjar, Níjar-Los Arejos, Los Arejos-Vera (ya ejecutado), Vera-Pulpí, Pulpí-Lorca, accesos a Lorca, Lorca-Sangonera y Sangonera-Nonduermas-Murcia.

Según explicó el ministro de Fomento durante la visita que realizó a Almería a principios de abril, los técnicos de Adif han realizado «un primer diseño funcional» que incluye un trazado en el que se intercalan tramos de doble vía y otros de vía única que «en ningún caso superará un tercio del recorrido total».

La previsión de Fomento es que entre lo que queda de año y el primer trimestre de 2018 se concluyan los proyectos, además de finalizar las expropiaciones a lo largo del próximo año para reiniciar las obras en 2019 y concluirlas en aproximadamente cuatro años.

El ministro dijo que, según el diseño de Adif, que conjugará el tráfico de pasajeros con el de mercancías, será posible atender una demanda en un horizonte de ocho años de cinco trenes por vía y sentido de circulación de Madrid a Almería y de tres en el caso de Barcelona, con crecimientos también en las líneas de cercanías, que en el caso de Murcia-Lorca se estima cercana al 30%.

De la Serna sostuvo, no obstante, que la situación «no es nada sencilla» porque existen tramos ejecutados «sin que haya habido un mantenimiento adecuado de los mismos» y una ausencia de «proyectos que se puedan licitar», ya sea porque sea preciso actualizarlos, adaptarlos a la Ley del Sector Ferroviario de 2015, o porque no se han finalizado todas las expropiaciones.