El éxito de @deportado4443 se produjo porque todos sus mensajes respondían a la realidad: no había nada inventado». Así se expresa Carlos Hernández, periodista creador de esta cuenta de Twitter gracias a la que, allá por 2015, decenas de miles de internautas siguieron cómo habría sido el relato de Antonio Hernández Marín, prisionero en Mauthausen, si hubiera tenido acceso a esta tecnología en el Averno en el que se encontraba. Cómo habría sido, como fue, la vida (y, sobre todo, la muerte) en un campo de concentración nazi.

Aquella iniciativa se ha hecho ahora cómic, de la mano de Ediciones B y el dibujante Ioannes Ensis. Un hombre que, cuando vio la cuenta de @deportado4443, se sintió tan impactado que buscó la forma de contactar con su autor. Y hasta hoy. El libro se llama Deportado 4443. Sus tuits ilustrados.

«Cada ilustración está perfectamente documentada. Cada historia que se cuenta es rigurosamente real», explica Carlos Hernández, que pasó más de dos años investigando para escribir su anterior obra, Los últimos de Mauthausen, y crear la cuenta de Twitter. Aunque la motivación la llevaba, literalmente, en la sangre. Y es que Antonio Hernández Marín, el prisionero protagonista de la cuenta, el número 4443, era su tío.

«Es el primer gran cómic que narra la historia de los 9.300 españoles (entre ellos más de 500 murcianos) en campos y encima tiene un protagonista absoluto de Molina de Segura», comenta el periodista. En este sentido, además de para Antonio Hernández Marín, en la obra hay un recuerdo para Juan Aznar (natural de Caravaca de la cruz) y Francisco Griéguez, de la capital murciana.

Además, en las viñetas se explica cómo fue la fuga de uno de los subcampos de Mauthausen en la que participó un hombre originario de La Alberca, llamado Antonio Velasco. Él y dos compañeros suyos escaparon durante tres meses y medio, aunque tristemente fueron localizados por guardabosques austríacos y devueltos al campo del horror.

Volviendo al protagonista de la obra, Hernández Marín, consiguió sobrevivir a nada menos que cuatro años y medio de cautiverio. Su gran amigo y apoyo en el campo, el albaceteño Antonio Cebrián, no tuvo tanta suerte y se dejó la vida allí. En total, fueron 546, según está documentado, los murcianos que pasaron por los campos de concentración nazis.

Por su parte, el dibujante de Deportado 4443. Sus tuits ilustrados confiesa que, cuando conoció la cuenta de Twitter, experimentó «sentimientos muy profundos». «Como un rumor que surge de las tripas y del corazón y se convierte en un bramido», destaca Ensis, a lo que añadió que «la mayoría de los cómics nacen del cerebro, de una idea que, tal vez, hemos estado persiguiendo durante años».

«Este trabajo habría acabado conmigo emocionalmente» de no ser por el apoyo de su esposa, su hija y sus amigos más cercanos, confiesa el dibujante. «Hubo muchas noches en las que tuve pesadillas», reconoce Ensis, que cuenta que «el régimen de los campos nazis era tan perverso que me hacía sentirme culpable por no haber estado allí, con las personas a las que estaba dibujando».

El libro Deportado 4443. Sus tuits ilustrados será presentado el próximo día 11 de mayo en Murcia, después de haberlo hecho ya en Barcelona y en Madrid.

Cuando el Ejército norteamericano entró en Mauthausen, el 5 de mayo de 1945, banderas republicanas habían sustituido a las banderas nazis y la puerta del campo estaba cubierta por una gran pancarta en la que se podía leer: «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras».