Dos reproches se lanzaron ayer a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS): La falta del protocolo de alerta hidrológica, que permita a todas las administraciones implicadas adelantarse a los efectos de las inundaciones en la cuenca; y no tener conectada su red de alerta hidrometeorológica al resto de los sistemas de información del 112.

Ambas carencias se pusieron ayer sobre la mesa en el transcurso de la jornada técnica ´Aspectos clave en la reducción del riesgo de inundación´, organizada por la CHS, el Consorcio de Compensación de Segura, la Dirección General del Agua y la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, y que se celebró en Murcia.

«No tener este protocolo supone que a veces tengamos que trabajar a ciegas», lamentó Sofía González, de la Dirección General de Protección Civil, quien apuntó que aunque está contemplado en el Plan Estatal de Protección Civil, «no se ha desarrollado aún y no hay un horizonte concreto para su elaboración».

En este punto, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Segura respondieron que ese sistema funciona, de hecho, a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), que permite en todo momento conocer la evolución de los cauces de la cuenca ante posibles inundaciones.

Por lo que respecta a la segunda ´falta´, fue Fernanda Arbaizar, de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Emergencia de la Comunidad murciana, la que se quejó de que la CHS no esté en contacto con el resto de las alertas hidrometeorológicas que maneja la Comunidad en los casos de episodios de lluvias torrenciales, como los de la Aemet, o el Imida. «Esta red se contempla en el Plan de Gestión de Inundaciones de la Región, pero la Confederación no está conectada», dijo.

Por lo que respecta a las últimas inundaciones, producidas sobre todo en el municipio de Los Alcázares tras el temporal de diciembre de 2016, Arbaizar propuso llevar a cabo una nueva cartografía de las ramblas y cauces de la cuenca para actualizar los datos, tras los cambios que se han producido en los terrenos por las urbanizaciones, la agricultura y las obras públicas como carreteras y autovías.

«Hemos comprobado el efecto de retención de las aguas que tuvo la autovía a La Manga durante estas inundaciones, pero aún no sabemos si fue algo bueno o malo», indicó.

Escenario de zonas inundables en el Mar Menor