La Audiencia Provincial de Albacete ha ratificado la condena de quince meses de cárcel por homicidio imprudente a F. M. M., un cazador de Cieza que en el año 2008 disparó con su escopeta contra su compañero de cacería, de la misma localidad, tras confundirlo, según declaró en el juicio, con un jabalí. La víctima murió en el acto.

Los hechos sucedieron en la madrugada del 12 de octubre de 2008, cuando ambos, en compañía de un tercer compañero, se trasladaron al paraje de ´Casa Grande de las Dehesillas´ en la pedanía hellinera de Cancarix, para practicar lo que en caza se denomina la técnica de ´aguardo de jabalí´; es decir, apostarse en lugares ya establecidos y esperar en silencio la llegada de la presa.

Los dos cazadores viajaron al lugar en el mismo vehículo y, tras aparcarlo, se echaron al monte por un camino ya establecido y por el que después debían volver a medianoche con el arma ya descargada. Sin embargo, cuando el condenado se disponía a abandonar su puesto, observó un bulto que se desplazaba y decidió disparar contra él. Pero quien recibió ese disparo no fue ningún animal sino su compañero Enrique Villa, al que según declaró en el juicio confundió con un jabalí.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Albacete ya dictó sentencia hace seis años condenando a F. M. a la pena que ahora ha ratificado la Audiencia Provincial de la capital manchega: deberá cumplir una pena de 15 meses de cárcel y pagar una indemnización de 146.469 euros a la viuda e hijos del fallecido.

La zona del suceso es una de las más codiciadas por los cazadores, dada la riqueza de fauna y flora. A caballo entre tierras murcianas y manchegas -hellineras y ciezanas-, son abundantes los cotos que, sobre todo, se encuentran plagados de jabalíes.

«Era una noche de luna llena, en la que se distinguen perfectamente las personas de los animales y sin vegetación; sin embargo, mi padre murió de un disparo», asevera David Villa, uno de los hijos del cazador fallecido. Aunque la acusación mantuvo en todo momento que la víctima «se encontraba en las proximidades» del puesto del condenado, David asegura que su padre cayó «en la zona de seguridad y en el exterior del área restringida, y recibió el disparo cuando la caza había terminado», por lo que, añade David, «creo que F. M.M. incumplió todas las normas de seguridad existentes».