Las vacaciones subvencionadas por el Gobierno que nacieron con el fin de mantener viva la actividad hotelera durante la temporada baja en los principales destinos del país, como La Manga, han terminado por convertirse en una patata caliente para el sector. La escasa rentabilidad que reporta a los establecimientos su participación en el programa del Imserso ha llevado a la mayor parte de los hoteles de la Región que participaban en el programa a abandonar los viajes para jubilados, según explicó la presidenta de la patronal Hostemur, Soledad Díaz. El precio por persona está fijado en 21 euros diarios con pensión completa - vino y agua incluidos- para los hoteles de cuatro estrellas, pero esta tarifa baja en los establecimientos de tres estrellas, por lo que asegura que no les sale a cuenta.

La participación de los hoteles murcianos en los programas del Imserso se reducía prácticamente a los hoteles de La Manga, dado que son los únicos con capacidad para acoger a un elevado número de pensionistas. Los establecimientos más pequeños quedan excluidos porque los precios que ofrece el Imserso no les permiten compensar los costes del alojamiento y la manutención de los pensionistas.

Además, algunos de los hoteles con mayor número de plazas que participaban en el programa acabaron cerrando a causa de las dificultades financieras que ahogaron a las compañías propietarias. El caso más representativo es el del Doblemar de La Manga, que en este momento está siendo reformado, después de haber cambiado de dueño. El establecimiento, que cuenta con 500 habitaciones y 1.000 plazas, ha sido adquirido por la compañía balear Roc Hoteles, que pretende reabrirlo para este verano.

En años anteriores también han venido acogiendo a los pensionistas del Imserso los hoteles Cavanna, Entremares, Los Delfines y Las Gaviotas en La Manga, además de Las Cumbres en Mazarrón. En 2015 la patronal Hostetur calculaba que en la Región había unas 2.000 plazas hoteleras a disposición del Imserso. Ahora, la cifra resulta mucho más modesta, según las estimaciones de la presidenta de Hostemur.

Soledad Díaz aseguraba que los bajos precios han ido desanimando a los establecimientos de la Región, dado que los ingresos obtenidos por cada pensionista alojado no compensan los gastos de su alojamiento, a pesar de que los programas de viajes para mayores permiten mantener abiertos los hoteles cuando acaba la temporada alta, alargando así los contratos de la plantilla, que en caso contrario deben marcharse a su casa cuando acaba el verano.

Además, los empresarios defienden que la presencia de los mayores en las zonas turísticas una vez pasado el verano también ayuda a sostener otro tipo de negocios, como los restaurantes o los comercios.

La escasa rentabilidad de estos contratos ha forzado al Gobierno central a negociar una revisión de las tarifas para, al menos, reducir las pérdidas que sufren los hoteles en este sentido. Los empresarios turísticos quieren que la subida sea como mínimo de un 5%, según fuentes de la patronal alicantina Hosbec.

Un incremento que, según los cálculos realizados por la asociación empresarial, sería del todo viable ya que mientras los fondos que el Gobierno central aporta para financiar el programa de vacaciones de la Tercera Edad han aumentado un ligero 0,4%, los paquetes que se comercializarán el próximo año en el marco del Imserso se han reducido en cerca de un 10%. La suma de ambos factores da como resultado un «exceso» en la dotación. Un sobrante que los hoteles quieren que vaya directo a los precios de las estancias para poder cuadrar sus cuentas.

Las empresarios se quejan de que los precios llevan congelados desde hace tres años y como vienen advirtiendo desde hace tiempo, las cuentas «ya no les salen». Por ello, el hecho de que el Gobierno central haya implementado un leve aumento en la partida que destina a «Turismo social y termalismo del Imserso» -que pasa de 117.500.000 a 118.000.000 euros (una subida de un 0,4%)- unido a la reducción de paquetes que la próxima temporada se comercializarán a través de este canal -93.000 menos en todo el territorio nacional- ha sido la ocasión perfecta para que los hoteleros puedan reclamar una subida de, al menos, un 5%.