«Tercer ataque al fiscal de Murcia al que asaltaron su casa: también sufrió el hurto de un ordenador en un juzgado». Es el titular que se podía leer ayer en el medio de comunicación online InfoLibre. Se refería al portal a un suceso que el damnificado, el fiscal Anticorrupción Juan Pablo Lozano, tenía «olvidado». Y es que sucedió hace ya varios meses, en las dependencias de la Ciudad de la Justicia, y en nada tiene que ver con los dos asaltos que este profesional ha sufrido en su domicilio.

Fuentes judiciales indicaron que lo que pasó en este episodio es que una mujer (con, al parecer, problemas de adicciones) que se encontraba en los juzgados vio el ordenador y pensó en apoderarse de él con el fin de venderlo, presumiblemente para pagar sus tóxicos hábitos.

Y no sólo lo vendió una vez: lo vendió hasta dos veces en 24 horas. A esta mujer, añadieron las fuentes, no le interesaban en absoluto los valiosos documentos que Juan Pablo Lozano pudiera guardar en ese portátil: le interesaba el portátil en sí, y el dinero que pudieran darle por él en tiendas de compra y venta de objetos. Seguramente la mujer ni siquiera sabía que el ordenador pertenecía a tan prestigioso fiscal.

Por su parte, el fiscal superior de la Región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, confirmó que el robo se produjo hace unos meses y que tuvo lugar en un juzgado de guardia. Explicó que el ordenador se recuperó y que se trató, como apunta la Policía, de «delincuencia común».