La manifestación, que discurrió sin ningún incidente, dio un giro inesperado cuando, tras bajar de la entrevista con el delegado del Gobierno, los agricultores tomaron la decisión de no abandonar la protesta hasta que no les confirmaran la visita a la Región de algún alto cargo del Ministerio de Agricultura. Eso ocurrió al filo de las 13 horas, y, desde ese momento, tractores y tráilers siguieron en sus puestos sin moverse un milímetro, colapsando la ciudad y ocasionando retrasos en las líneas de autobuses y cortes en el tranvía, así como varios kilómetros de retención en la A-30.

El plante afectó una asistencia sanitaria, que tuvo problemas para llegar a la plaza del Romea para atender un infarto, donde finalmente llegaron sin que hubiera que lamentar daños personales.

Los agricultores, conscientes del perjuicio que estaban ocasionando, mandaron por la tarde un comunicado pidiendo disculpas a los ciudadanos, que conforme pasaban las horas mostraban su enfado: «Coag apela a la solidaridad de la sociedad para compartir la angustia que nos ha llevado a dar una respuesta desesperada, dado que la situación es insostenible», apuntó el presidente de la organización agraria, Miguel Padilla.

E indicó que Coag se mantiene junto al resto de organizaciones en la necesidad de continuar con la protesta «hasta que el Gobierno Central se tome en serio nuestra inquietud y escuche nuestras demandas, que afectan al futuro de toda la Región de Murcia».

Hacia las 21 horas el Ayuntamiento de Murcia emitió un comunicado en el manifestaba que, a través de Policía Local, elaborará un informe de todos los incumplimientos realizados por los organizadores de la manifestación, así como las consecuencias que ello acarreó para el normal funcionamiento de la ciudad y de sus servicios públicos.

Este informe se trasladará a la Delegación del Gobierno y a la Policía Nacional «para denunciar la situación provocada por el incumplimiento de los términos en los que se informó de la convocatoria de dicha movilización»

El Delegado convocó a los manifestantes para intentar que desalojaran la ciudad. Sin llegar a un acuerdo, porque Sánchez-Solís les dijo que «el Gobierno no negocia bajo presión», y que si seguía la protesta no iba a venir ningún representante del Ministerio, los manifestantes acordaron plantarse: «No tenemos agua y nos va la vida en ello», dijeron al cierre de esta edición.

El día culminó con los agricultores haciendo migas, que ofrecieron a los murcianos que pasaban por allí.