Pedro Antonio Sánchez ha dimitido como presidente de la Comunidad Autónoma, pero no ha dejado su acta de diputado de la Asamblea Regional, donde mantiene también la presidencia del Grupo Parlamentario Popular. Además, desde el pasado 18 de marzo, es el máximo responsable del PP de la Región de Murcia, tras sustituir a Ramón Luis Valcárcel en el congreso autonómico.

Por tanto, la situación del ya expresidente continúa vulnerando el punto 1.1 del acuerdo de investidura de suscribió con Ciudadanos, que comprometía a ambos partidos a «separar inmediatamente a todos los cargos públicos y orgánicos imputados por corrupción política». Ciudadanos se mostró en su momento implacable con Miguel Ángel Cámara, quien pese a haber dejado sus responsabilidades públicas en el Ayuntamiento de Murcia (no se presentó a las elecciones municipales de 2015), se vio obligado a abandonar la secretaría general del PP de la Región de Murcia.

No obstante, ese acuerdo de investidura es ahora mismo papel mojado, según señalan desde Ciudadanos, que por el momento, al menos de manera oficial, no se han mostrado contundentes a la hora de exigir a Pedro Antonio Sánchez que abandone su acta de diputado regional y la presidencia regional del Partido Popular. «Hay que revisar ese acuerdo», señalan desde la formación naranja. Si se muestran igual de tajantes que en el verano de 2015, cuando negociaron las condiciones de la investidura de PAS, Ciudadanos hará de nuevo sufrir de lo lindo a Fernando López Miras y a todo el PP regional si quieren retener el Gobierno de la Región. No parecería coherente que renunciaran a este primer punto del acuerdo (aunque sí podría ser matizado), ya que Ciudadanos ha hecho de la regeneración su principal bandera política desde que el partido de Albert Rivera comenzara su expansión desde Cataluña al resto de España. Además, ahora Ciudadanos juega con ventaja, pues podría forzar elecciones negándose tanto a investir a Fernando López Miras como a Rafael González Tovar, que también ha anunciado que optará a la Presidencia.

Parece poco probable que Pedro Antonio Sánchez vaya a abandonar su escaño, ya que, en caso extremo, tendría la opción de pasarse al Grupo Mixto, como ocurrió con Rita Barberá, por lo que el PP ya no tendría poder de decisión sobre él.

Otra complicación para Pedro Antonio Sánchez puede venir con la exigencia anunciada por Ciudadanos de la supresión inmediata de los aforamientos para los diputados de la Asamblea Regional. Si Sánchez dejara de estar aforado, el TSJ perdería las competencias del caso Auditorio, que volvería a los juzgados de Lorca, donde se inició la instrucción. Y también el caso Púnica retornaría a la Audiencia Nacional, a las manos de Eloy Velasco, que se ha mostrado muy claro desde el principio a la hora de acusar al expresidente.

De esta manera, el pulso de PP y Ciudadanos no parece llegar a su fin. «Aquí queda todavía mucha tela que cortar», indicaban desde la formación naranja.