La patronal del transporte quiere que la Administración establezca para los conductores de los camiones los mismos controles preventivos que tienen los pilotos de aviación para detectar el posible consumo de alcohol o drogas. La petición fue formulada ayer por el presidente de la Froet, Pedro Díaz, durante la presentación de la jornada sobre seguridad vial en las empresas del transporte, celebrada en la sede de la organización empresarial. La Froet se queja de que la normativa vigente no contempla la obligación de que los camioneros deban pasar revisiones periódicas ni análisis capaces de detectar el consumo de sustancias que supongan un riesgo para la seguridad vial y la del propio trabajador, por lo que solo podrían actuar en caso de que haya evidencias claras «y con otros trabajadores como testigos», según apuntó Díaz.

El presidente de la patronal del transporte quiso dejar claro que se trata de un problema que puede afectar tan solo «al 0,2% de los 21.000 conductores que hay en Murcia», aunque también apuntó que en el transporte público, tanto de viajeros como de mercancías, «todo lo que pase de cero es una tasa excesiva». A su juicio, la mejor solución sería establecer para los camioneros unos controles similares a los que «están obligados a superar los pilotos de aviación». Esto permitiría que «cada año se hiciera un reconocimiento» con unos análisis específicos.

Otra de las alternativas es un dispositivo conectado al motor que impide arrancar al conductor cuando ha bebido, el llamado 'alcolock', que utilizan empresas de viajeros.

Por su parte, el presidente de la Asociación DIA de víctimas de accidentes de tráfico, Francisco Canes, puso el acento en el riesgo que el consumo de alcohol o drogas entraña para «sí mismos, para los demás usuarios de las carreteras y para los peatones». Francisco Canes, que utiliza una silla de ruedas a causa de un accidente de tráfico, defendió la necesidad de «dar herramientas a las empresas» para poder evitar cualquier riesgo.

La Froet se ha adherido a esta asociación, que está dedicada dar atención a las víctimas de accidentes de tráfico y a sus familias. También imparte formación profesional en seguridad vial y en técnicas de conducción a los transportistas.

En el encuentro intervino también el jefe de la Unidad de Seguridad y Salud Laboral de la Inspección de Trabajo, José Antonio Sanz, que aludió a una sentencia relativa a un conflicto en la empresa pública Tragsa, en la que se reconoce la obligatoriedad de los controles preventivos a trabajadores de esta compañía dedicados a la extinción de incendios. Recordó que el Constitucional protege «la intimidad del trabajador» e impide que «se puedan establecer controles por sistema», aunque «hay sentencias que dicen que superar la tasa de alcoholemia en un control es motivo de despido».

El responsable de Seguridad Laboral de la Inspección de Trabajo destacó especialmente los riesgos que entraña el transporte de jornaleros en furgonetas, dado que estos traslados causan un elevado número de accidentes mortales, como el registrado el pasado año en Lorca, en el que murieron cinco trabajadores. Para José Antonio Sanz, el mayor peligro al que se ven sometidos los jornaleros que diariamente cruzan la Región es «el cansancio» y «las largas jornadas de trabajo».

Por su parte, la jefa provincial de Tráfico, Virginia Jerez, recordó que en 2016 hubo tres fallecidos que habían consumido alcohol o drogas, «aunque ninguno de ellos conducía un vehículo de mercancías o de viajeros». Jerez negó que se trate de «estigmatizar una profesión» y atribuyó a la experiencia y pericia de los agentes de la Guardia Civil y de las policías locales el elevado porcentaje de los conductores que dan positivo en las pruebas de alcoholemia. Destacó que el 47% de los peatones accidentados en 2015 también habían consumido alcohol o drogas.