Los análisis son contundentes: Las arenas extraídas tras el dragado de la Gola de Marchamalo -canal que conecta el mar Mediterráneo con el Mar Menor- no son aptas para regenerar las playas de los municipios de Los Alcázares y San Javier que fueron arrasadas por el temporal que azotó la Región el pasado mes de diciembre.

El laboratorio que ha realizado este estudio, encargado por la Demarcación de Costas, ha hallado «altos niveles» de arsénico, cadmio, plomo y zinc, por lo cual «se consideran no aptas para la regeneración de las playas».

El informe puntualiza que «atendiendo a la normativa de referencia» podrían ser aptas, «siempre y cuando los niveles de los contaminantes no superan los niveles medios de los existentes en las arenas de la playa receptora». Si bien añade a continuación que están «condicionadas» por la detección de contaminación fecal.

Para los técnicos del laboratorio, la única posibilidad de que las arenas puedan utilizarse para regenerar las playas de la ribera del Mar Menor sería sometarlas a un proceso previo de secado «que permita la eliminación de la carga microbiológica».

En cuanto a las arenas extraídas en la zona de la Escuela de Pieter (en San Javier), el informe concluye que tienen altos niveles de plomo, y en la muestra número 1, también de zinc. Al igual que en el primer caso, sólo podrían utilizarse para regenerar playas en el caso de que los niveles de los contaminantes no superen los niveles que ya tengan las arenas de las zonas donde se van a depositar. En este caso, y en referencia a los niveles de contaminación fecal, estos materias serían aptas para su uso, atendiendo a los resultados de los análisis microbiológicos.

La Demarcación de Costas del Estado tiene el encargo de regenerar, antes del inicio de la temporada turística de Semana Santa, el litoral afectado por el temporal y para ello tenía previsto utilizar 30.000 metros cúbicos de arenas depositados en la gola. Esta operación, además, va a permitir mejorar la navegabilidad de este canal de las embarcaciones de recreo.

El dragado, llevado a cabo con una retroexcavadora, ha tenido posturas encontradas entre la comunidad científica y la ciudadana que han puesto en duda el uso de este tipo de maquinaria en una zona tan degradada. Pese a todo, sí ha contado con el visto bueno de la Comunidad Autónoma de Murcia, a través de la Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente (OISMA).