Cecilia Tham nació en Hong Kong y su currículum tiene muchos billetes de avión y pegatinas de tres continentes. Ha residido en Macao, Atlanta, Nueva York o Boston, y estudió Arquitectura en la Universidad de Harvard. En 2001 llegó a Barcelona y trajo a una de las ciudades más punteras, tecnológica y empresarialmente hablando, un movimiento o filosofía que debía ser la Biblia de todo emprendedor proactivo: Makers. En la ciudad Condal fundó uno de los mayores centros de coworking del país y desde el que ha impulsado otras iniciativas como el 'FabCafe' o el 'assemble.rs', comunidades en las que conviven creativos, ingenieros e innovadores de todos los ámbitos.

¿Emprender siendo hoy en día mujer es complicado?

Mi marido en una ocasión me regaló una máquina de coser que le había pedido. Con ella empecé a diseñar productos artesanales que fomentaron una creatividad que estaba aún por explotar, en cada viaje que he hecho he aprendido una serie de cosas que juntas se han convertido en mi filosofía de vida. Ser positiva, explorar mis capacidades y sacarlas adelante, y esto, en una mentalidad emprendedora femenina, tiene más potencial.

¿Has tenido barreras como mujer en el mundo laboral?

Las barreras las creamos nosotros. Partamos de la base de que, en mi opinión, ser mujer es una ventaja en el mundo laboral. Las empresas que apuestan por la innovación y el emprendedurismo apuestan también por incluir en su equipo de trabajo más mujeres que hombres, son hoy en día una garantía de éxito asegurado. Hoy en día, con los recursos tecnológicos y empresariales que hay, las mujeres hemos sido capaces de empoderarnos muchísimo, conseguir más apoyo. Tenemos ganas de participar y de involucrarnos.

¿Qué es el movimiento Makers y qué papel puede jugar la mujer dentro de él?

Este movimiento, o filosofía de negocio, nació hace años en EEUU. y tiene como complemento el componente tecnológico. En conjunto, el movimiento Makers es sobrellevar una actitud proactiva y de continua motivación, una forma de crear más allá de las formas tradicionales de negocio y a nivel empresarial. Este movimiento jamás ha montado barreras a las mujeres porque éstas aportan mejor perspectiva, una más sensible, que se acopla perfectamente a un equipo multidisciplinar.

La unión hace la fuerza.

Y esto tiene que enseñarse desde que somos pequeños. Tenemos un aprendizaje muy pasivo. Vivimos en una sociedad que no fomenta facilmente el hecho de ser proactivos y vivimos en una época con muchos más recursos que antes, éstos se han abaratado y podemos acceder a una tecnología impresionante que nos puede facilitar el día a día y que refuerza nuestros poderes. En ésto, en el empoderamiento de las mujeres ayudadas por el avance social y tecnológico, es lo que hemos sabido aprovechar. España es fuente de talento.