El reglamento de la Asamblea Regional, que se está reformando en una ponencia, incorporará un código ético que impedirá a los diputados aceptar regalos y participar o votar en cualquier situación de conflicto de intereses para el parlamentario, su familia o compartidos con terceras personas.

Así lo anunció a la salida de la reunión de la ponencia la presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, quién detalló que este código ético colocaría al Parlamento murciano entre los «punteros» en España, puesto que se incorporaría por primera vez en un reglamento cuestiones «obvias y elementales».

La propuesta presentada está basada en los principios de Transparencia Internacional y el Parlamento Europeo y aún no ha debatido el apartado de sanciones, que en ningún caso contempla la retirada del acta porque es personal e intransferible. Tampoco está claro el tope económico de los regalos que podrían recibir los diputados. La propuesta debatida ayer en la Ponencia lo fijaba en 150 euros, pero esto entraría en contradicción con la Ley de Transparencia de la Región, que fija en 60 euros el valor máximo. Según fuentes de los grupos, lo lógico sería adaptar el código ético a la normativa vigente. En caso de aceptar, por cortesía, un presente superior a esta cantidad, deberá entregarse a la Cámara para su almacenamiento y registro.

Además, la ley imposibilitará que el diputado pueda invocar o hacer uso de su condición para ejercer cualquier actividad mercantil, industrial o profesional, además de no incurrir en conflicto de intereses que pueda condicionar indebidamente el ejercicio de su cargo representativo.

En este asunto, el reglamento detalla que habrá conflicto de intereses cuando el parlamentario deba decidir en asuntos en los que confluyen cuestiones públicas o privadas propias, de familiares directos o compartidos con terceras personas, por lo que se abstendrán de participar o votar en la toma de decisiones.

Tampoco podrán consentir los diputados ninguna oferta de hospitalidad, invitación u otros servicios que impliquen un gasto económico por parte de terceros, en beneficio propio o de su entorno familiar, ni obtener ninguna distinción, aunque sea honorífica, si puede condicionar su actuación como representantes del interés general. El reglamento también contemplará que el diputado deberá publicar, al menos cada quince días, su agenda parlamentaria, concretando las reuniones, los contactos y las audiencias que mantenga en el ejercicio de sus funciones, con cualquier persona, entidad u organización que sea grupo de interés y pueda influir en la tramitación de las iniciativas o el voto a las mismas.

Finalmente, los diputados se enfrentarán a sanciones en caso de que no justifique adecuadamente sus ausencias o no respeten las normas parlamentarias, de saber estar y de comportamiento de los diputados. «Esto implica que en un momento dado se pueda actuar si un diputado no lo cumple», añadió la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver.