Ya que el portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez, introdujo el lenguaje bélico al hablar de que, tras la negativa del presidente de la Comunidad a dimitir, se pasaba a una nueva fase de «Defcon 2», se puede decir también que el jefe del Ejecutivo regional, Pedro Antonio Sánchez, afronta mañana lunes su particular Desembarco de Normandía, su Día D, una compleja operación que condicionará su hasta ahora exitosa (aunque no exenta de obstáculos) carrera política.

El presidente regional está citado a las diez de la mañana en la Sala de lo Civil y Penal del TSJ de Murcia, cuya sede se encuentra todavía en el viejo Palacio de Justicia del Paseo de Garay de la capital. En su entorno tienen confianza ciega en que su comparecencia ante el magistrado del TSJ Julián Pérez-Templado será tan clarificadora que el caso Auditorio quedará completamente desmantelado y, por tanto, Pedro Antonio Sánchez, como ya le ha ocurrido en anteriores ocasiones, quedará libre de toda sospecha para seguir gobernando la Región de Murcia hasta mayo de 2019, cuando se celebren de nuevo elecciones autonómicas.

El presidente regional está acusado de cuatro delitos. La jueza de Lorca que inició la instrucción del caso, Consuelo Andreo, vio indicios para investigarle por prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, fraude a la Administración y falsedad en documento público, tipificados, en mayor o menor grado, con penas de prisión y de inhabilitación en el Código Penal.

La supuesta comisión de estas infracciones se habría producido durante el proceso de adjudicación, construcción y recepción del teatro-auditorio de Puerto Lumbreras, localidad en la que Pedro Antonio Sánchez fue alcalde entre 2003 y 2013. Era uno de los proyectos estrella de la corporación liderada por el actual presidente, para el que la Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma concedió una subvención pública de seis millones de euros. Fue encargado al arquitecto Martín Lejárraga, pero con la llegada de la crisis económica, la obra encontró complicaciones. La Fiscalía de la Comunidad, en tiempos de Manuel López Bernal y en base a una denuncia del PSOE lumbrerense, interpuso en marzo de 2015 una querella, dirigida contra Sánchez y otras veinte personas, al considerar que la obra del auditorio se había recepcionado sin que el edificio estuviera concluido (asegura que se encuentra terminado a poco más del 60%) y listo para el disfrute de los ciudadanos de Puerto Lumbreras. También observó irregularidades en la adjudicación y en algunas modificaciones que se realizaron en el proyecto inicial.

Hasta el momento, Pedro Antonio Sánchez no ha tenido ocasión de explicar en sede judicial su versión de lo que ocurrió con la obra del teatro auditorio. El motivo fue que el TSJ derivó a los juzgados de Lorca la querella inicial de la Fiscalía y, al tener el presidente de la Comunidad la doble condición de aforado (por ser diputado regional y por ser miembro del Consejo de Gobierno), no podía ser investigado por los tribunales ordinarios. Él defiende que intentó en dos ocasiones comparecer ante el fiscal jefe de entonces para darle su versión, antes de que este presentara la querella, sin que el representante del Ministerio Público accediera.

La única opción que puede despejar el horizonte para Pedro Antonio Sánchez es que, tras su declaración, las acusaciones se desinflen y el magistrado instructor Pérez-Templado (que ya terminó decretando el sobreseimiento de dos procedimientos anteriores contra el actual jefe del Ejecutivo) archive la causa. Esta es una posibilidad que prácticamente la totalidad de juristas consultados por esta Redacción consideran poco probable.

El presidente se encuentra ya contra las cuerdas, pues Ciudadanos le ha retirado su apoyo al entender que no ha cumplido su palabra de apartarse si era investigado, y dicen ahora que ni siquiera un archivo rápido puede hacerles dar marcha atrás. Ya no confían en él. Tal vez, incluso, Pedro Antonio Sánchez pudiera acceder finalmente a dar un paso atrás en el caso de que, durante su declaración del lunes, observara que pintan bastos para él en esta causa.