«No he tenido ninguna participación en ninguna trama. Así de rotundo lo digo». Fueron las primeras palabras del presidente del Ejecutivo murciano, Pedro Antonio Sánchez, en la sesión de control al Gobierno autonómico de ayer en la Asamblea. Era la primera vez que comparecía en el Parlamento regional después de que Justicia lo ha vuelto a señalar al investigarlo por tres supuestos delitos en el marco de la trama Púnica.

No obstante, Sánchez no titubeó y reiteró que cumplirá su palabra y dimitirá en caso de que sea imputado en este caso o en el que también se investiga sobre la construcción del auditorio de Puerto Lumbreras cuando era alcalde de la localidad. No obstante, el presidente autonómico precisó que, « sobre todo, cumplo con la ley», en respuesta a una pregunta del portavoz parlamentario de Ciudadanos, Miguel Sánchez, grupo con el que firmó un acuerdo de investidura en el que se contempla que dimitirá si es imputado por un caso de corrupción.

Respecto a la operación Púnica, Pedro Antonio Sánchez dijo que el informe de la Unidad Central Operativa (UCO), el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco y seis fiscales «reconocen que no se firmó ningún contrato, ni se pagó una factura o se dio instrucción para cerrar un acuerdo». «No hubo nada», recalcó.

«Justos y prudentes»

Asimismo, en la respuesta al portavoz de Ciudadanos, el líder del Ejecutivo autonómico negó que hubiera participado en una trama, y comparó su situación con la vivida en el año 2016 por parte del partido naranja cuando su grupo parlamentario en la Asamblea Regional cargó gastos electorales a su presupuesto. El presidente murciano dijo a Miguel Sánchez que en el PP fueron «justos y prudentes» con Ciudadanos y esperaron a que el Tribunal de Cuentas dictaminara que no se le puede imputar delito contable porque devolvieron el dinero.

Pedro Antonio Sánchez señaló que «no es el momento del linchamiento político», y advirtió al portavoz de la formación naranja, parafraseando a José Ortega y Gasset, de que «cuando la realidad no se interpreta bien, ésta empieza a pensar su venganza».

El presidente regional también tuvo que responder a sendas preguntas de los portavoces parlamentarios del PSOE, Rafael González Tovar, y Podemos, Óscar Urralburu. Al socialista le contestó que ninguno de esos supuestos delitos de los que se le acusa «se podrán demostrar porque no se puede demostrar lo que no existe». Ironizando, dijo: «No es no, ¿qué parte no entiende?», en alusión al lema del exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sobre su negativa a apoyar un Gobierno del PP.

El máximo responsable de la política regional acusó a Urralburu de «crispar, dividir y calumniar», así como de «volver a traer bolsas de basura a la Asamblea».

Tras estas preguntas, el líder del Ejecutivo autonómico abandonó el salón de plenos y fue recibido por alcaldes de toda la Región y directores generales de su partido, que le rindieron una sonora ovación.