El ingeniero técnico agrícola y ambientólogo integrante de la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor, Óscar Alcaraz, alerta de la presencia y distribución de plaguicidas en sedimentos marinos superficiales de la laguna.

Los investigadores del Centro Oceanográfico de Murcia R. Moreno-González y V.M. León publicaron en 'Environmental Science and Pollution Research', en enero de 2017, un estudio sobre la presencia y distribución espacial y estacional de estas sustancias durante los años 2009 y 2010, así como la influencia de dos episodios de fuertes lluvias que se produjeron en esos años.

El estudio concluye que la mayor entrada de plaguicidas a la laguna (39 kilos en total a través de la rambla de El Albujón) se produjo en esos episodios de fuertes lluvias. Detectándose 13 plaguicidas en el sedimento marino en 2009 y 19 durante 2010.

Las principales entradas de estos contaminantes a la laguna se producen a través de la escorrentía superficial, aguas subterráneas y por deposición atmosférica. En concreto, a través del canal de drenaje de las Salinas de San Pedro, a la altura del Molino de Quintín, y en la desembocadura de la rambla de El Albujón y Miranda, así como a través de la rambla de La Maraña y de la Carrasquilla.

Por tanto, un control en origen de los plaguicidas es fundamental para evitar su llegada al Mar Menor, según Alcaraz. «Es muy importante controlar no solo las concentraciones de estas sustancias, sino la combinación del cóctel químico generado con sinergias impredecibles para el ecosistema acuático y la salud humana», alertan los investigadores.

Los suelos desprovistos de cobertura vegetal natural, tan presentes en el Campo de Cartagena, favorecen la lixiviación de los plaguicidas y su arrastre por escorrentía superficial al Mar Menor. El clorpirifos, por ejemplo, se adhiere muy bien a las partículas de suelo donde se fija, así que es vital evitar la entrada de tierras y sedimentos de arrastre al Mar Menor.

Es fundamental por tanto, según ha defendido siempre la plataforma Pacto por el Mar Menor, la revegetación rural mediante setos y evitar la erosión de sedimentos y materia orgánica con un adecuado plan de prevención de avenidas.

Asimismo, la prohibición del uso de clorpirifos y terbutilazina y otros plaguicidas en carrizales y parques periféricos del Mar Menor y en el Campo de Cartagena se hace necesaria, a través de un marco legislativo con el fin de evitar su llegada tanto por lixiviación a aguas subterráneas como por arrastre en las escorrentías.

Por otro lado, el control de escorrentías urbanas, sobre todo en zonas industriales y militares (aviación) debería ser más estricto, con el fin de evitar la llegada de sustancias químicas como el tributilfosfato a las aguas del Mar Menor.